Page 59 - Deepak Chopra - Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo.
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               deja que el suspiro se escape en una larga exhalación, como los suspiros de alivio, sin retenerlo. Si
               emites un gemido o un gruñido, mejor: es una señal de profunda liberación.
                  Ahora  repite  el  procedimiento  con  el  empeine  del  pie  derecho  fijando  primero  tu  atención  en  él;
               luego  tensa  los  músculos  (arqueando  el  pie  hacia  atrás)  y  termina  relajándolos.  Cuando  sientas  el
               empeine relajado, deja escapar un suspiro como si estuvieras respirando por los dedos del pie.
                  Una vez que hayas dominado esta técnica básica, fija la atención en todas las partes del cuerpo en
               el  orden  siguiente.  Recuerda  que  ésta  no  es  una  simple  técnica  de  relajación  muscular;  debes
               demorar cómodamente la atención en cada parte del cuerpo.

                  Pie  derecho:  dedos,  empeine,  planta,  tobillo  (dos  etapas:  flexionando  hacia  atrás  y  flexionando
                     hacia delante).
                  Pie  izquierdo:  dedos,  empeine,  planta,  tobillo  (dos  etapas:  flexionando hacia atrás y flexionando
                     hacia delante).
                  Nalga derecha y parte superior del muslo.
                  Nalga izquierda y parte superior del muslo.
                  Músculos abdominales (diafragma).
                  Parte inferior de la espalda, parte superior de la espalda.
                  Mano derecha: dedos, muñeca (dos etapas: flexionando hacia atrás y flexionando hacia delante).
                  Hombros (dos etapas: flexionando hacia delante y flexionando hacia arriba, hacia el cuello).
                  Cuello (dos etapas: flexionando hacia delante y flexionando hacia atrás).
                  Cara  (dos  etapas:  arrugando  la  cara  en  una  mueca  apretada  y  luego  tensando  la  frente  y  las
                     cejas).

                  Este  ejercicio  parece  bastante  complicado  cuando  se  describe  verbal-mente,  pero  flexionar
               diversas  partes  del  cuerpo  es,  simplemente,  seguir  el  modo  natural  en  que  se  mueven  las
               articulaciones y los músculos. Después de una sesión podrás efectuar sin esfuerzo tu recorrido por el
               cuerpo.
                  Versión  abreviada:  Un  circuito  completo  del  cuerpo,  tal  como  el  descrito  más  arriba,  lleva  unos
               quince minutos. Si estás escaso de tiempo, la versión abreviada abarca sólo los dedos de los pies, el
               diafragma, los dedos de las manos, los hombros, el cuello y la cara.

                                                EJERCICIO 2: INTENCIÓN CENTRADA

               Este  ejercicio  demuestra  que  basta  tener  una  intención  para  lograr  un  resultado.  La  conciencia,
               debidamente   centrada  (es  decir,  fácilmente  y  sin  esfuerzo)  tiene  la  capacidad  de  cumplir  órdenes
               bastante  específicas.  Una  intención  no  necesita  ser  un  pensamiento  verbalmente  expresado;  en
               realidad,  nuestras  intenciones  más  profundas  están  centradas  en  el cuerpo. Nuestras necesidades
               más fundamentales (de amor, comprensión, aliento, apoyo) impregnan cada una de las células. Los
               deseos que surgen en tu mente suelen estar nublados por motivos egoístas que no son verdaderas
               necesidades;  con  frecuencia  la  gente  se  empantana  en  la  búsqueda  de  dinero,  objetivos  profe-
               sionales y ambiciones políticas, de formas que están desconectadas de la necesidad fundamental de
               comodidad y bienestar que debe satisfacer todo organismo saludable. Muchos de nosotros estamos
               tan apartados de nuestras necesidades básicas, tan programados para correr detrás de lo que el ego
               desea, que debemos aprender de nuevo los mecanismos básicos por los que funcionan, en realidad,
               la atención y la intención.
                  Hay  muchas   maneras  de  obtener  satisfacción,  aparte  de  las  que  nos  enseña  nuestra  cultura,
               orientadas hacia fuera. En este sentido, la lección más valiosa es que «las intenciones, si se las deja
               obrar, buscan satisfacción automáticamente». Cada célula de tu cuerpo busca satisfacción a través
               del  gozo,  la  belleza,  el  amor  y  la  apreciación.  Cuesta  comprenderlo  cuando  la  mente  establece  su
               programa   aparte  para  satisfacer  otro  tipo  de  deseos,  carentes  de  amor,  de  alegría  y  de  gozo.  Sin
               embargo, millones de personas se han programado para lograr sólo esos objetivos.
                  En  los  tres  procedimientos  relacionados  que  damos  aquí,  experimentarás  el  modo  en  que  se
               pueden  satisfacer  sin  esfuerzo  las  intenciones, saltando al ego y a la mente racional (para obtener
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