Page 57 - Deepak Chopra - Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo.
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años como media. La medición de los dedos de la mano, que tienden a acortarse con el tiempo,
indicó que los dedos se habían alargado; las articulaciones tiesas ganaron en flexibilidad y la postura
comenzó a erguirse, como en años más jóvenes. Mejoró la fuerza muscular, medida por el apretón de
la mano, así como el oído y la vista. El grupo de control también presentaba algunas mejorías (Langer
lo explicó por el hecho de que el viaje y el ser tratados de manera especial los hacía sentir más
jóvenes), pero había empeorado en marcadores tales como la destreza manual y la longitud de los
dedos. Aunque la inteligencia se considera fija en los adultos, más de la mitad de quienes integraban
el grupo experimental mostró un incremento de la inteligencia en los cinco días de ese retorno a
1959, mientras que la cuarta parte del grupo de control declinó en las puntuaciones de la prueba de
coeficiencia intelectual.
El estudio de la profesora Langer marcó un hito en la demostración de que ciertos signos del
envejecimiento, supuestamente irreversibles, se pueden revertir utilizando la intervención psicológica.
Ella atribuyó su éxito a tres factores: 1) se pidió a los hombres que se comportaran como si fueran
más jóvenes; 2) se los trató como si tuvieran la inteligencia y la independencia de personas más
jóvenes (a diferencia del modo en que solían ser tratados en su casa; por ejemplo, se les solicitaba
opinión con respeto y se les prestaba atención; 3) se les pidió que obedecieran instrucciones
complejas en la rutina diaria. Como los tres factores se superponían, Langer no pudo determinar con
certeza cuál de ellos era el más importante. Especuló que se podría haber logrado una reversión
similar del envejecimiento asignando a los hombres cualquier tarea compleja, tal como la de
componer una ópera, misión que Verdi se impuso cuando ya se acercaba a los 80 años..
Llevo varios años meditando sobre los resultados de la profesora Langer, desde la primera vez
que me ocupé de ellos al escribir sobre el tiempo personal. El antiguo paradigma nos dice que el
tiempo es objetivo, pero en realidad nuestro cuerpo responde al tiempo subjetivo, tal como está regis-
trado en los recuerdos y las sensaciones internas. Langer convirtió a estos hombres en viajeros del
tiempo interior; retrocedieron veinte años en el plano psicológico y el cuerpo los siguió. La explicación
más simple que puedo dar es que se cambiaron dos aspectos de la conciencia: la atención y la
intención. La conciencia siempre tiene estos dos componentes. La atención centra la conciencia en
una percepción local. La intención provoca un cambio en esa localización. En el experimento de
Langer, se enfocó marcadamente la atención de los sujetos en el año de 1959; esto inició un nuevo
flujo de información biológica, porque todo cuanto veían y escuchaban, todos sus temas de
conversación debían relacionarse con esa localización específica. Al mismo tiempo debían actuar con
una intención: tratar de ser tal como eran veinte años antes. Ninguno de estos factores es mágico;
todos prestamos atención a diversas cosas durante el día; todos llevamos a cabo diversos deseos e
intenciones.
La magia radica en el modo en que el cuerpo sigue este cambio de conciencia a través de la
barrera del tiempo. No es factible ni realista tratar de vivir en el pasado, pero aquí hay pistas valiosas
que se pueden seguir. Una vez más, vemos que «la calidad de la vida que llevamos depende de la
calidad de la atención». Aquello a lo que le prestes atención cobrará importancia en tu vida. No hay
límite para los cambios que la conciencia puede producir. En nuestra sociedad no utilizamos el flujo
de atención para producir resultados; no tenemos idea de la energía y la información que comienzan
a generarse dentro de nosotros cada vez que experimentamos un cambio de conciencia. En los
siguientes ejercicios exploraremos cómo invocar conscientemente el poder de la conciencia para
usarlo en nuestro propio beneficio, pues si no lo utilizamos a sabiendas, nuestra conciencia quedará
atrapada en el antiguo condicionamiento que crea el proceso del envejecimiento.