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George Orwell 1 9 8 4 19
Ni el Gran Hermano ni Goldstein se nos muestran a lo largo de 1984. Tan sólo disponemos de
referencias inconcretas: el Gran Hermano es bueno, es la esencia y elemento unificador del Estado,
es amor; Goldstein es malo, es el enemigo externo e interno que amenaza con disgregar el Estado,
es odio. Sin el uno, el otro no podría existir. El Gran Hermano necesita a Goldstein para que su
dictadura y el estado de guerra perpetuo que su régimen mantiene adquieran algún sentido.
Siguiendo la lógica de la novela, el Gran Hermano tiene agentes muy poderosos encargados de
perpetuar al Partido en el Poder. El Ministerio del Amor es el más notable. Todo el peso del Estado
se encamina a mantener a los súbditos fuera del alcance de la nefasta influencia de Goldstein.
O'Brien es el máximo ejemplo, capaz de tender una trampa a Winston y Julia para anularlos como
personas, pues han caído en el crimental.
Ahora bien, ¿cuáles son los agentes de la Hermandad de Goldstein? En los Dos Minutos de Odio
se proyectan imágenes de Goldstein, el enemigo eterno, sobre un fondo bélico, la guerra que
Oceanía libra con Eurasia. Pero Goldstein no es el Gran Hermano eurasiático, sus motivaciones
pueden haberlo llevado a traicionar a su país, probablemente se encuentre refugiado en Eurasia si
con ello ayuda a derrocar al Gran Hermano, pero en ningún caso resulta creíble la idea de que
domine los destinos de los eurasiáticos. Goldstein lucha contra el Gran Hermano (y, por ende,
contra Oceanía), pero no es un líder con poder efectivo. Según la propaganda de guerra, es
identificado con Eurasia, el actual enemigo de Oceanía. Pero, como vemos al final de la novela, el
enemigo de Oceanía ya no es Eurasia sino Asia Oriental, y siempre ha sido el enemigo, el único
enemigo. Goldstein pasará entonces a ser un traidor vendido a Asia Oriental. Realmente hace falta
un esfuerzo de doblepensamiento, al alcance de todos los miembros del Partido y muchos de los
perfectos ciudadanos, para creer en estos vaivenes. Pero el combate contra el Gran Hermano no se
desarrolla en el frente exterior, sino en la realidad cotidiana. La Hermandad es una organización que
funciona dentro de Oceanía. Necesita, pues, agentes infiltrados en la sociedad.
¿Quiénes son estos agentes? Durante un tiempo, Winston y Julia. Son los únicos que conocemos.
O'Brien les advierte de que tarde o temprano los detendrán y sustituirán por otros, en una espiral
aparentemente sin fin, en la que el crimental conduce irrevocablemente a la Hermandad, la
Hermandad conduce irremediablemente al Ministerio del Amor (la temida habitación 101) y el
Ministerio del Amor conduce irremediablemente a la vaporización y la nopersona, el no ser, el no
haber existido nunca. "Tú no existes", replica O'Brien a Winston en un momento de su lavado de
cerebro.
O'Brien. Siempre O'Brien. El agente secreto de la Policía del Pensamiento. El amigo de Winston
que se le aparece en sueños para inducirlo al crimental. El agente de la Hermandad.
Gran Hermano. Hermandad. O'Brien. Tres vértices de un triángulo. Una persona que, en
apariencia, actúa como agente doble. Aunque, si nos detenemos a pensar, se trata de un pésimo
agente doble, pues siempre, inevitablemente, los agentes que gana para la causa de la Hermandad
(Goldstein) terminan siendo torturados por él mismo en el Ministerio de la Verdad.
La pregunta que uno se plantea es: ¿Existe verdaderamente Emmanuel Goldstein? ¿No se tratará
de un cebo que las autoridades ponen a disposición de los incautos cuyas convicciones flaquean y,
no siempre por su propia voluntad, incurren en el crimental? Goldstein es el enemigo del Gran
Hermano, resulta evidente que su naturaleza ha sido desvirtuada por la propaganda del régimen para
convertirlo también en el enemigo de Oceanía, en la encarnación de todos sus males. El juramento
que Winston y Julia realizan de sumisión a la Hermandad es una declaración de guerra al Estado. Si
la naturaleza de Goldstein ha sido desvirtuada tras su presunta huida de Oceanía; si nada de lo que
asegura la propaganda es cierto; si nadie ha visto a Goldstein y sus únicos agentes son en realidad
miembros de la policía secreta del régimen, ¿qué nos impide pensar que en realidad Goldstein es
una fabulación, un invento del régimen, un archienemigo diseñado para glorificar por defecto al
Gran Hermano y para cazar a los disidentes? Es probable que en el pasado existiera un Emmanuel
Goldstein, que se enfrentase con el Gran Hermano y que tuviese que huir de Oceanía; pero de ahí a
suponer que ejerza una influencia decisiva en la lucha contra el régimen media todo un abismo.
Sabemos que el trotskismo no influyó en la lucha interna contra el estalinismo. Había otras fuerzas
(religiosas, nacionalistas, cívicas) que, indiscutiblemente apoyadas desde el exterior (por el