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CAMINO DE SERVIDUMBRE

                  discriminatoria todo aquello que pueda legalmente ser comprado y ven-
                  dido», lo cual es excelente, inmediatamente invalida por completo el pre-
                  cepto al añadir que se aplica sólo a la compra y la venta «de aquellas can-
                  tidades y con aquellas limitaciones que sean compatibles con el bienestar
                          11
                  común». Pero como, por supuesto, toda restricción alguna vez impuesta
                  a la compra o la venta de cualquier cosa se estableció por considerarla ne-
                  cesaria para «el bien común», no hay en realidad restricción alguna que
                  esta cláusula efectivamente impida, ni derecho individual que quede salva-
                  guardado por ella.
                     Si se toma otra cláusula fundamental,la Declaración sienta que toda per-
                  sona «puede dedicarse a cualquier ocupación legal» y que «está autorizada
                  para conseguir una ocupación pagada y para elegirla libremente siempre que
                  tenga abierta una diversidad de ocupaciones». Pero no se indica quién deci-
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                  dirá si un particular empleo está «abierto» a una persona determinada, y el
                  precepto agregado,según el cual «puede procurarse ocupación por sí misma,
                  y su pretensión tiene que ser públicamente considerada,aceptada o negada», 13
                  muestra que Mr.Wells piensa en una autoridad que a aquel hombre «auto-
                  riza» para una particular posición; lo cual ciertamente significa lo opuesto
                  a la libre elección de un empleo. En cuanto a cómo se puede asegurar en un
                  mundo planificado la «libertad de trasladarse de lugar y de emigrar»,cuando
                  no sólo los medios de comunicación y las divisas están intervenidos, sino
                  planificada también la localización de las industrias;o cómo puede salvaguar-
                  darse la libertad de prensa cuando la oferta de papel y todos los canales de
                  la distribución están intervenidos por la autoridad planificadora, son cues-
                  tiones para las que Mr. Wells tiene tan escasa respuesta como otro planifi-
                  cador cualquiera.
                     A este respecto muestran mucha mayor coherencia los más numerosos
                  reformadores que, ya desde el comienzo del movimiento socialista, ataca-
                  ron la idea «metafísica» de los derechos individuales e insistieron en que,
                  en un mundo ordenado racionalmente, no habría derechos individuales,
                  sino tan sólo deberes individuales. Esta, en realidad, es la actitud hoy más


                     11. [Wells, «Ten Points for World Peace», op. cit., p. 18. —Ed.]
                     12. [Ibid. —Ed.]
                     13. [Ibid. —Ed.]

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