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CAMINO DE SERVIDUMBRE
que podemos hacer recaer sus efectos sobre nuestras necesidades menos impor-
tantes;pero cuando decimos que el valor de algo que hemos perdido es mucho
mayor que su valor económico, o que no puede estimarse en términos eco-
nómicos,significa que tenemos que soportar la pérdida allí donde ha recaído.
Y lo mismo sucede con una ganancia económica. Los cambios económicos,
en otras palabras, sólo afectan generalmente al borde, al «margen» de nues-
tras necesidades.Hay muchas cosas más importantes que ninguna de las que
probablemente serán afectadas por las pérdidas o las ganancias económicas,
cosas que para nosotros están muy por encima de los placeres e incluso por
encima de muchas de las necesidades da la vida afectadas por las alzas y bajas
económicas.Comparado con ellas,el «inmundo lucro»,la cuestión de si esta-
mos económicamente algo mejor o peor, parece de poca importancia. Esto
hace creer a muchas gentes que una cosa que, como la planificación econó-
mica, afecta tan sólo a nuestros intereses económicos, no puede interferir
seriamente con los valores más fundamentales de la vida.
Esto,sin embargo,es una conclusión errónea.Los valores económicos son
menos importantes para nosotros que muchas otras cosas,precisamente porque
en las cuestiones económicas tenemos libertad para decidir qué es para
nosotros lo más y qué lo menos importante.O,como también podemos decir,
porque en la sociedad actual somos nosotros quienes tenemos que resolver
los problemas económicos de nuestras propias vidas.Estar sometidos a control
en nuestra actividad económica significa estar siempre controlados si no
declaramos nuestro objetivo particular. Pero como, al declararlo, éste tiene
que someterse también a aprobación, en realidad estamos intervenidos en
todo.
La cuestión que plantea la planificación económica no consiste,pues,sola-
mente en si podremos satisfacer en la forma preferida por nosotros lo que
consideramos nuestras más o menos importantes necesidades.Está en si sere-
mos nosotros quienes decidamos acerca de lo que es más y lo que es menos
importante para nosotros mismos, o si ello será decidido por el planificador.
La planificación económica no afectaría sólo a aquellas de nuestras nece-
sidades marginales que tenemos en la mente cuando hablamos con des-
precio de lo simplemente económico. Significaría de hecho que, como indi-
viduos,no nos estaría ya permitido decidir qué es lo que consideramos como
marginal.
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