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CONTROL ECONÓMICO Y TOTALITARISMO
La autoridad directora de toda la actividad económica intervendría no sólo
la parte de nuestras vidas que afecta a las cosas inferiores: intervendría en
la asignación de los medios limitados con que contamos para todas nuestras
finalidades.Y quien controla toda la vida económica,controla los medios para
todos nuestros fines y, por consiguiente, decide cuáles de éstos han de ser
satisfechos y cuáles no.Esta es realmente la cuestión crucial.El control econó-
mico no es sólo intervención de un sector de la vida humana que puede sepa-
rarse del resto; es el control de los medios que sirven a todos nuestros fines,
y quien tenga la intervención total de los medios determinará también a qué
fines se destinarán, qué valores serán calificados como más altos y cuáles
como más bajos: en resumen, qué deberán amar y procurarse los hombres.
La planificación central significa que el problema económico ha de ser re-
suelto por la comunidad y no por el individuo; pero esto implica que tiene
que ser también la comunidad, o, mejor dicho, sus representantes, quienes
decidan acerca de la importancia relativa de las diferentes necesidades.
La supuesta liberación económica que los planificadores nos prometen
significa precisamente que seremos relevados de la necesidad de resolver nues-
tros propios problemas económicos, y que las penosas elecciones que éstos
a menudo exigen serán hechas para nosotros. Como, bajo las condiciones
modernas, para casi todas las cosas dependemos de los medios que nuestros
semejantes nos suministran,la planificación económica exigiría la dirección
de casi todo en nuestra vida. Difícilmente se encontrará un aspecto de ella,
desde nuestras necesidades primarias hasta nuestras relaciones con la familia
y los amigos,desde la naturaleza de nuestro trabajo hasta el empleo de nues-
tro ocio, en el que el planificador no ejercería su «intervención expresa». 4
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4. En ninguna parte se ilustra mejor que en el ámbito de los intercambios con el exterior la exten-
sión del control sobre la vida entera que confiere el control económico. A primera vista, nada parece
afectar menos a la vida privada que la intervención oficial de las operaciones sobre el cambio exte-
rior, y la mayoría de la gente consideraría su introducción con completa indiferencia.Y, sin embargo,
la experiencia de la mayoría de los países continentales ha hecho que la gente culta considere este
paso como un avance decisivo en el camino del totalitarismo y de la supresión de la libertad indivi-
dual. Es, en efecto, la entrega completa del individuo a la tiranía del Estado, la supresión final de todos
los medios de escape; no sólo para el rico, sino para todos. Cuando el individuo ya no tiene libertad
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