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LAS PERSPECTIVAS DE UN ORDEN INTERNACIONAL

               hemos sabido usar inteligentemente ni siquiera en una escala nacional; no
               significa que se dé poder a una institución internacional para dirigir a las
               diversas naciones en el uso de sus recursos. Significa solamente que debe
               existir un poder que pueda prohibir a las diferentes naciones una acción dañosa
               para sus vecinas; significa la existencia de un conjunto de normas que defi-
               nan lo que un Estado puede hacer y una institución capaz de hacer cumplir
               estas normas. Los poderes que tal institución necesita son, principalmente,
               de carácter prohibitivo; tiene que estar, sobre todo, en condiciones de poder
               decir «no» a toda clase de medidas restrictivas.
                  Lejos de ser cierto, como ahora se cree con frecuencia, que necesitamos
               una organización económica internacional, pero que los Estados pueden, al
               mismo tiempo,conservar su ilimitada soberanía política,la verdad es casi exac-
               tamente lo opuesto.Lo que necesitamos y cabe alcanzar no es un mayor poder
               en manos de irresponsables instituciones económicas internacionales, sino,
               por el contrario, un poder político superior que pueda mantener a raya los
               intereses económicos y que, ante un conflicto entre ellos, pueda, verdadera-
               mente,mantener un equilibrio,porque él mismo no está mezclado en el juego
               económico. Lo que se necesita es un organismo político internacional que,
               careciendo de poder para decidir lo que los diferentes pueblos tienen que hacer,
               sea capaz de impedirles toda acción que pueda perjudicar a otros.
                  Los poderes que se deben ceder a una institución internacional no son
               las nuevas facultades asumidas por los Estados en los tiempos recientes,sino
               aquel mínimo de poderes sin el cual es imposible mantener relaciones pací-
               ficas, es decir, esencialmente los poderes del Estado de laissez-faire ultra-
               liberal.Y aún más que en la esfera nacional, es esencial que el Estado de De-
               recho circunscriba estrechamente estos poderes del organismo internacional.
               La necesidad de semejante institución supranacional aumenta a medida que
               los Estados individuales se convierten,cada vez más,en unidades de adminis-
               tración económica y que, por esto, se hace probable que las fricciones surjan
               no entre individuos, sino entre Estados.
                  La forma de gobierno internacional que permite transferir a un organismo
               internacional ciertos poderes estrictamente definidos,mientras en todo lo demás
               cada país conserva la responsabilidad de sus asuntos interiores,es,ciertamente,
               la federación. No debemos permitir que las numerosas iniciativas irreflexi-
               vas y a menudo extremadamente disparatadas que surgieron en apoyo de una

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