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CAMINO DE SERVIDUMBRE

                     No es fácil imaginar que el libro de Hayek hubiese acabado siendo tan
                  ampliamente conocido, y recordado, decenios después de su primera edición,
                  si no hubiese sido por su publicación condensada en el Reader’s Digest. Esto
                  hizo que el mensaje de Hayek llegara a muchas más personas, y, al menos
                  en un caso, con efectos sorprendentes:Antony Fisher, fundador del Institute
                  of Economic Affairs, y uno de los primeros impulsores, en la fundación, de
                  otros muchos think tanks conservadores, se inspiró para librar la guerra
                  de ideas una vez leído el texto condensado y haber hablado posteriormente
                  con Hayek en el despacho de éste en la LSE, en el verano de 1945. 83  Pero
                  el texto condensado convirtió también al libro en un símbolo tanto para
                  sus admiradores como para sus críticos. El triste resultado es que, como dijo
                  John Scoon, «la gente sigue todavía despachando apresuradamente la cues-
                  tión; ¡por qué no lo leen y ven lo que Hayek ha querido decir realmente!» 84
                  En el siguiente apartado repasamos brevemente y sistematizamos algunas
                  de las críticas más conocidas. Veremos que algunas están menos justificadas
                  que otras.




                  Algunas críticas importantes


                  Una de las primeras críticas se refería a la precisión histórica de sus afirma-
                  ciones. Un buen ejemplo es la objeción avanzada por Frank Knight, que en
                  su informe insistió en que la historia alemana era mucho más complicada de
                  lo que Hayek había descrito;que,por ejemplo,las políticas socialistas en vigor
                  desde los tiempos de Bismarck contenían sólo un elemento para explicar la
                  posterior trayectoria del país. Dudo de que Hayek rechazase esta opinión; si
                  lo hubiese hecho, se habría encontrado sin duda en un terreno muy ines-
                  table. Con todo, si esta parte de su tesis parece exagerada, es justo recordar


                  comedida,y,al parecer,incluso la penúltima redacción de 1955 del «Prólogo» contenía algunas ideas sobre
                  Rexford Tugwell y Wesley Clair Mitchell que incitaron el interés de un director de la editorial.Estas líneas
                  se suprimieron en la versión final.Véase la carta de Alexandre Morin a Hayek el 18 de agosto de 1955,
                  colección de la University of Chicago Press, caja 230, carpeta 4, Biblioteca de la Universidad de Chicago.
                     83. Véase John Blundell,«Introduction:Hayek,Fisher and The Road to Serfdom»,en F.A.Hayek,
                  Reader’s Digest Condensed Version of The Road to Serfdom, op. cit., pp. 16-25.
                     84. John Scoon a Hartley Grattan, 2 de mayo de 1945, op. cit., reproducido en el Apéndice.

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