Page 302 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
P. 302

Fruto de  la soledad: las inspiraciones  291
        dientes  le dominan aún; pero si las ve como domeñadas por él, sepa
        que ya las ha dejado atrás en su camino. Si lo que ve son ríos de agua
       pura y corriente, mares, albercas, estanques, jardines, alcázares, espe-
       jos límpidos, estrellas, lunas, cielos serenos, sepa que estas imágenes
        representan ya inspiraciones del corazón. Si lo que ve son luces, as-
        censiones y subidas a cumbres,  la  tierra, plegándose bajo sus pies,
       elevarse hasta el cielo o por los aires, revelaciones de ideas y conoci-
       mientos religiosos y percepciones sin  el auxilio de los sentidos, sepa
       que estas inspiraciones son ya propias de las moradas del espíritu. Si
       lo que ve son vislumbres del reino de los cielos, contemplación de los
       ángeles, de las esferas y los cuerpos celestes, del trono y escabel di-
       vinos, sepa que ya se trata de inspiraciones angélicas, fruto de cuali-
       dades morales loables. Si, finalmente, lo que ve es la contemplación de
        las luces del más oculto de los misterios, es decir, la revelación de los
       atributos divinos y las alusiones esotéricas de la inspiración proféti-
       ca..., sepa que ellas pertenecen a la morada mística en que  el alma
       adquiere las cualidades mismas del Misericordioso.
          Advertencia 2.*  Las inspiraciones del corazón, del espíritu y del
        ángel van acompañadas de gusto espiritual:  el alma experimenta,  al
       recibirlas, cierto deleite, energía y sabrosidad; manifiéstase en ella viva
        repulsión hacia  la gente y disgusto o abominación para los deleites
       del mundo visible y para los apetitos corpóreos; en cambio, experi-
       menta íntima familiaridad respecto del mundo espiritual de los miste-
        rios, cuyos ocultos sentidos y esencias se  le revelan, y totalmente se
        abstrae de todo lo que no sea la fruición de ese mundo misterioso.
          Advertencia  3.*  Cuando  el novicio haya llegado a una morada
       estable, sin darse de ello cuenta previa, y al advertirlo interrumpe su
       marcha, es indispensable que recurra a su director espiritual, pues  si
       bien es cierto que, mientras recorra las etapas del camino correspon-
        dientes al alma sensitiva y al corazón, cabe que no necesite de maes-
       tro, en cambio, al llegar ya a las moradas del espíritu, no es posible
       que las recorra si no es gobernado por la dirección de quien posea la
        amistad de Dios.
   297   298   299   300   301   302   303   304   305   306   307