Page 413 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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402         Parte  III. — Textos: Mawaqui, 71, 75
        menos de estar, cuando la ve el iluminado, o en movimiento o en re-
        poso, es decir, realizando algún movimiento con su lengua, su mano,
        etcétera, o teniéndolas en reposo. [Y como el que posee este carisma
        conoce por experiencia mística y por revelación divina la naturaleza y
        efectos espirituales de todos y cada uno de los grados, moradas y esta-
        dos del camino ascéticomístico y, por consiguiente, conoce también la
        relación que tienen con los actos físicos de movimiento y reposo que
        cada uno de ellos produce, infiere, del movimiento o reposo que realiza
        una persona, el estado espiritual de su vida interior y lo anuncia y luego
        acaece tal y como él lo anunció.] Esto es lo que le ocurrió al maestro
       de maestros Abumedín con un individuo que se movió, estando en su
        clase, y a quien por eso lo hizo salir, diciéndole: "Ya verás lo que te
        pasa dentro de tantos años." Uno de los presentes le pidió entonces que
        le aclarase aquello con pormenores, y  el maestro le explicó que aquel
       sujeto pretendía estar en el buen camino. Pasados veinte años, las co-
       sas ocurrieron tal y como el maestro lo había previsto...
          [Todos estos conocimientos son fruto de la intuición mística otor-
        gada por inspiración divina, y en ellos caben grados más o menos su-
        blimes, hasta llegar a la visión de Dios, bajo el velo de uno cualquiera
        de sus atributos de perfección, pues los cansinas de visión anteriores
        derivan de la visión de Dios bajo el velo de sus atributos de operación.
        Así va el iluminado ascendiendo de grado en grado, hasta llegar a ver
        a Dios bajo el velo de sus atributos de gloria y, por fin, a la visión de
        su esencia. Pero esta última visión se logra tan sólo por modo de ne-
        gación y no por modo de afirmación, es decir, excluyendo de Dios toda
        semejanza y confesando" que la percepción de su esencia consiste en
        la impotencia de percibirla. Por éso este grado es el de la perplejidad.]

                    [12."— CARISMAS DE AUDICION]
          [75] [Uno de los carismas del oído consiste en que el místico es-
       cuche en su interior la buena nueva de que está en el camino de la sal-
       vación. Este es el máximo carisma.
          Otro carisma consiste en oír hablar a los seres inanimados, bien
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