Page 30 - DIALOGOS ACOFAEN LIBRO 1
P. 30

ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE FACULTADES Y ESCUELAS DE ENFERMERÍA

               examen de mis alumnos. Lo que quiero decir con esto es que puedo entrar en lugares
               comunes aparentemente, pero lo hago con toda conciencia.

               La educación no es una transferencia de conocimientos, no; por lo  tanto, el buen
               maestro no es el que agota el saber. Hoy es absolutamente imposible, pero no se mide
               por el volumen de conocimientos; el buen maestro es el que transforma personas; y
               entonces, de las coordenadas que usted plantea, hay una correlación necesaria, y es,
               si yo me propongo transformar personas, lo primero que tengo que pensar es en la
               transformación en sí mismo por un principio pedagógico elemental y es que enseño con
               mi vida; por tanto mi discurso no puede ser otra cosa que explicitar lo que tengo yo en
               el  alma,  lo  que  yo  soy  como  persona.  Quiero  insistir,  y  hace  parte  de  mis  afanes
               formativos en el pasado reciente, y ahora con mucha más razón a propósito de la
               postpandemia que les hablaba, es que tenemos que insistir en que el maestro tiene
               que ser persona, tiene que dimensionarse como persona, como ser humano, no puede
               distanciar la persona del saber.

               Hemos fallado hoy, porque hemos formado en el conocimiento pero no en la vida y  no
               hemos tenido respuestas. El ser humano hoy lo que ha puesto  de maniesto es un
               egoísmo desmedido, un centrarse sobre sí mismo, un pensar en él totalmente ajeno a la
               suerte de los demás, y así no podemos construir la sociedad; entonces se reclaman el
               uno al otro. Una vez que el maestro ha tomado la decisión de hacer una reingeniería
               de sí mismo, podemos ponerlo en frente del alumno para que haga esa propuesta.

               Recuerdo una frase de Platón: “Aprendemos de quienes queremos”; nos tenemos que
               hacer querer del alumno; si el alumno no nos quiere no aprende, y para ser queridos,
               pues  tenemos  que  ser  personas,  tenemos  que  ser  generosos,  debemos  tener  un
               proyecto de vida personal y profesional para compartir con el alumno, porque el aula
               es un escenario de intercambio de vida, de proyectos de vida; eso debe ser el aula
               en todo momento.

               Ustedes  que  son  expertas  en  educación,  saben  muy  bien  de  la  transferencia  de
               conocimientos,  esa  dinámica  de  la  transferencia  de  conocimientos  debe  estar  ya
               calculada por la pedagogía, que es la que conserva la persona de ese saber. Yo
               tengo una sospecha, que hoy por el movimiento y el reciclaje en la ciencia, hay una
               movilidad muy rápida, una dinámica en el conocimiento demasiado ligera; por tanto,
               ese signicado como transferencia de conocimiento para el alumno tiene una duración
               muy corta; en cambio el sustrato de la transformación de la persona, a partir de la
               propia transformación como maestro, permanece de quien aprendo.

               Quiero traer un recuerdo acerca de mi maestro, como aquella persona que me impactó
               como persona, a veces el más exigente, porque era aquella persona que llegaba a
               tiempo, que exigía cuentas, que estaba pendiente de mi comportamiento personal; y
               entonces el día que yo llegaba tarde me llamaba y decía: “hay que llegar temprano,
               no es porque me tenga que cumplir a mí, es porque usted mañana también tiene que



                                              26
   25   26   27   28   29   30   31   32   33   34   35