Page 208 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
todo, hasta yo, que soy fiel marido a esta actual no esposa, soy
un bígamo.
—Pues tampoco veo aquí donde está el chiste —dije yo,
y no me sentí muy alegre con él porque estuviese diciendo esas
cosas. Él puso su mano sobre mi brazo y dijo:
—Amigo John, perdóneme si causo dolor. No le mostré
mis sentimientos a otros cuando hubieran herido, sino sólo a
usted, mi viejo amigo, en quien puedo confiar. Si usted hubiera
podido mirar dentro de mi propio corazón entonces, cuando yo
quería reír; si usted hubiera podido hacerlo cuando la risa llegó,
si usted lo pudiera hacer, cuando la reina risa ha empacado sus
coronas, y todo lo que es de ella, pues se va lejos, muy lejos de
mí, y por un tiempo largo, muy largo, tal vez usted quizá se com
padecería de mí más que nadie.
Me conmovió la ternura de su tono y le pregunté por
qué.
—¡Porque yo sé!
Y ahora estamos todos regados; y durante muchos lar
gos días la soledad se va a sentar sobre nuestros techos con las
alas desplegadas. Lucy descansa en la tumba de su familia, un
señorial mausoleo en un solitario cementerio, lejos del prolífico
Londres, donde el aire es fresco y el sol se levanta sobre el
Hampstead Hill, y donde las flores salvajes crecen según su
propio acuerdo.
Así es que puedo terminar este diario; y sólo Dios sabe
si alguna vez comenzaré otro. Si lo comienzo, o si tan sólo vuel
vo a abrir éste otra vez, tratará con gente diferente y con temas
diferentes; pues aquí al final, donde se narra el romance de mi
vida, aquí vuelvo yo a tomar el hilo de mi trabajo cotidiano, y lo
digo triste y sin esperanza.
FINIS
“Gaceta de Westminster”, 25 de septiembre
UN MISTERIO DE HAMPSTEAD
La vecindad de Hampstead está de momento siendo
acosada por una serie de sucesos que parecen correr en líneas
paralelas con aquellos que fueron conocidos por los escritores
de titulares como "El horror de Kensington", o "La Asesina del
Puñal", o "La Mujer de Negro". Durante los últimos dos o tres
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