Page 213 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker



                                   Del diario de Mina Harker
                         25 de septiembre. No puedo evitar sentirme terriblemen
                  te ansiosa a medida que se acerca la hora de la visita del doctor
                  van Helsing, pues espero que me iluminará sobre la triste expe
                  riencia de Jonathan; y como él ha atendido a la pobre Lucy en su
                  última enfermedad, me puede contar muchas cosas acerca de
                  ella. Esa es la razón por la que viene; es debido a Lucy y a su
                  sonambulismo, y no acerca de Jonathan. ¡Entonces nunca sabré
                  la verdadera realidad! ¡Qué tonta soy! Ese horroroso diario se
                  apodera de mi imaginación y tiñe todo con algo de su propio
                  color. Por supuesto que es algo acerca de Lucy. La enfermedad
                  le volvió a la pobrecita, y la terrible noche en el acantilado debe
                  haberla enfermado. Debido a todos los asuntos que tengo entre
                  manos, ya casi había olvidado cómo había estado enferma des
                  pués. Ella debe haberle contado a él su aventura de sonámbula
                  en el acantilado, y que yo sabía todo acerca de ello; y ahora él
                  quiere que yo le diga lo que sé, de manera que él pueda enten
                  derlo.
                         Espero haber obrado bien al no decirle nada a la señora
                  Westenra; nunca me podría perdonar a mí misma si algún acto
                  mío, aunque fuese por descuido, le hubiese causado daño a mi
                  pobre Lucy. Espero, también, que el doctor van Helsing no me
                  culpe a mí; he tenido tantos problemas y tanta ansiedad última
                  mente, que siento no poder soportar más de momento.
                         Supongo que a todos nos hace bien llorar de vez en
                  cuando... Las lágrimas limpian el ambiente, así como la lluvia.
                  Tal vez fue la lectura del diario de ayer lo que me inquietó, y
                  luego Jonathan se fue hoy por la mañana para no regresar du
                  rante un día entero y la noche, siendo esta la primera vez que
                  nos separamos desde nuestro casamiento. Realmente espero
                  que mi amado esposo pueda cuidarse, y que no ocurra nada que
                  lo intranquilice. Son las dos de la tarde, y el doctor estará por
                  llegar. No le diré nada del diario de Jonathan, a menos que él
                  me lo pregunte. Celebro ahora haber pasado a máquina mi dia
                  rio, para que, en caso de que me pregunte algo sobre Lucy, yo
                  pueda entregárselo a él; eso ahorrará muchas preguntas.
                         Más tarde. Ha venido, y ya se fue. ¡Oh, qué encuentro
                  más extraño, y cómo hace que todo gire en mi cabeza! Me sien
                  to como si estuviera en un sueño. ¿Puede ser todo posible, o
                  siquiera parte de ello? Si yo no hubiese leído primero el diario de
                  Jonathan, jamás habría aceptado ni siquiera una posibilidad...



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