Page 253 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
Para mí, las preparaciones llevadas a cabo por un médico para
llevar a cabo cualquier tipo de trabajo eran estimulantes y me
tranquilizaban; pero todas aquellas manipulaciones llenaron a
Quincey y a Arthur de consternación. Sin embargo, ambos logra
ron controlarse y permanecieron inmóviles y en silencio.
Cuando todo estuvo preparado, van Helsing dijo:
—Antes de hacer nada, déjenme explicarles algo que
procede de la sabiduría y la experiencia de los antiguos y de
todos cuantos han estudiado los poderes de los "muertos vivos".
Cuando se convierten en muertos vivos, el cambio implica la
inmortalidad; no pueden morir y deben seguir a través de los
tiempos cobrando nuevas víctimas y haciendo aumentar todo lo
malo de este mundo; puesto que todos los que mueren a causa
de los ataques de los "muertos vivos" se convierten ellos mismos
en esos horribles monstruos y, a su vez, atacan a sus semejan
tes. Así, el círculo se amplía, como las ondas provocadas por
una piedra al caer al agua. Amigo Arthur, si hubiera aceptado
usted el beso aquel antes de que la pobre Lucy muriera, o ano
che, cuando abrió los brazos para recibirla, con el tiempo, al
morir, se convertiría en un nosferatu, como los llaman en Europa
Oriental, y seguiría produciendo cada vez más "muertos vivos",
como el que nos ha horrorizado. La carrera de esta desgraciada
dama acaba apenas de comenzar. Esos niños cuya sangre suc
ciona no son todavía lo peor que puede suceder; pero si sigue
viviendo, como "muerta viva", pierden cada vez más sangre, y a
causa de su poder sobre ellos, vendrán a buscarla; así, les chu
pará la sangre con esa horrenda boca.
Pero si muere verdaderamente, entonces todo cesa; los
orificios de las gargantas desaparecen, y los niños pueden con
tinuar con sus juegos, sin acordarse siquiera de lo que les ha
estado sucediendo. Pero lo mejor de todo es que cuando haga
mos que este cadáver que ahora está "muerto vivo" muera real
mente, el alma de la pobre dama que todos nosotros amamos,
volverá a estar libre. En lugar de llevar a cabo sus horrendos
crímenes por las noches y pasarse los días digiriendo su espan
toso condumio, ocupará su lugar entre los demás ángeles, De
modo que, amigo mío, será una mano bendita por ella la que
dará el golpe que la liberará. Me siento dispuesto a hacerlo,
pero, ¿no hay alguien entre nosotros que tiene mayor derecho
de hacerlo? ¿No será una alegría el pensar, en el silencio de la
noche, cuando el sueño se niega a envolverlo: "Fue mi mano la
que la envió al cielo; fue la mano de quien más la quería; la
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