Page 259 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
A continuación, hizo todos los preparativos para su viaje
y, poco después, se dirigió a Liverpool Street. Yo me encaminé a
Paddington, a donde llegué como un cuarto de hora antes de la
llegada del tren.
La multitud se fue haciendo menos densa, después del
movimiento característico en los andenes de llegada. Comenza
ba a intranquilizarme, temiendo no encontrar a mi invitada,
cuando una joven de rostro dulce y apariencia delicada se dirigió
hacia mí, y después de una rápida ojeada me dijo:
—Es usted el doctor Seward, ¿verdad?
—¡Y usted la señora Harker! —le respondí inmediata
mente.
Entonces, lajoven me tendió la mano.
—Lo conocía por la descripción que me hizo la pobre
Lucy; pero... guardó silencio repentinamente y un fuerte rubor
cubrió sus mejillas.
El rubor que apareció en mi propio rostro nos tranquilizó
a los dos en cierto modo, puesto que era una respuesta tácita al
suyo. Tomé su equipaje, que incluía una máquina de escribir, y
tomamos el metro hasta Fenchurch Street, después de enviar
recado a mi ama de llaves para que dispusiera una salita y una
habitación dormitorio para la recién llegada.
Pronto llegamos. La joven sabía, por supuesto, que el
lugar era un asilo de alienados; pero vi que no lograba contener
un estremecimiento cuando entramos.
Me dijo que si era posible le gustaría acompañarme a mi
estudio, debido a que tenía mucho de que hablarme. Por consi
guiente, estoy terminando de registrar los conocimientos en mi
diario fonográfico, mientras la espero.
Como todavía no he tenido la oportunidad de leer los
papeles que me confió van Helsing, aunque se encuentran ex
tendidos frente a mí, tendré que hacer que la señora se interese
en alguna cosa para poder dedicarme a su lectura. No sabe
cuán precioso es el tiempo o de qué índole es la tarea que he
mos emprendido. Debo tener cuidado para no asustarla. ¡Aquí
llega!
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