Page 309 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker


                         Entonces respondió:
                         —Bueno, señor, se ha portado usted muy bien conmigo
                  —le había dado medio soberano y voy a decirle todo lo que sé.
                  Oí a un hombre llamado Bloxam que decía hace cuatro noches
                  en el "Are and Ounds" de Pincer's Alley, que él y su compañero
                  habían tenido un trabajo sucio y raro en una vieja casa de
                  Purfleet. No son frecuentes aquí los trabajos de esa índole, y
                  creo que Sam Bloxam podrá decirle algo más al respecto.
                         Le pregunté si le era posible indicarme donde podría en
                  contrarlo. Le dije que si podía conseguirme la dirección, tendría
                  mucho gusto en entregarle otro medio soberano.
                         De modo que tomó de un trago el resto de su té y se pu
                  so en pie, diciendo que iba a iniciar sus averiguaciones. En la
                  puerta se detuvo, y dijo:
                         —Escuche, señor, no tiene sentido que espere usted
                  aquí. Es posible que encuentre pronto a Sam, o que no lo haga,
                  pero, de todos modos, no creo que se encuentre en condiciones
                  de decirle muchas cosas esta noche. Sam es un tipo raro cuan
                  do saca los pies de sus casillas. Si puede usted darme un sobre
                  con un sello de correos y su dirección, veré donde es posible
                  encontrar a Sam y le enviaré los datos por correo esta misma
                  noche. Pero será preciso que vaya a verlo muy de mañana si
                  quiere encontrarlo, puesto que Sam se levanta temprano, por
                  muy prolongada que haya sido la juerga de la noche anterior.

                         Eso resultó práctico, de modo que uno de los niños salió
                  con un penique a comprar un sobre y una hoja de papel, y le di
                  el cambio. Cuando regresó, le puse la dirección al sobre y le
                  pegué el sello, y cuando Smollet me prometió otra vez que me
                  enviaría la dirección por correo en cuanto la descubriera, me
                  dirigí a casa. De todos modos, estamos sobre la pista. Esta no
                  che me siento cansado y deseo dormir. Mina está profundamen
                  te dormida y tiene un aspecto demasiado pálido; sus ojos dan la
                  impresión de que ha estado llorando. Pobre mujer, estoy seguro
                  de que le es muy duro permanecer en la ignorancia y que eso
                  puede hacer que se sienta doblemente ansiosa por mí y por
                  todos los demás. Pero es mejor así. Es mejor sentirse decepcio
                  nado y ansioso, que tener los nervios destrozados. Los médicos
                  tenían razón al insistir en que ella debía permanecer fuera de
                  todo este terrible asunto. Debo mantenerme firme, puesto que la
                  carga del silencio debe pesar sobre todo en mí. Ni siquiera pue
                  do mencionar el tema ante ella, por ninguna circunstancia. En



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