Page 326 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
XXI
Del diario del doctor Seward
de octubre. Déjenme expresar exactamente todo lo
3 sucedido, tal y como lo recuerdo desde la última
vez en que escribí en el diario. Debo hacerlo con
toda calma, ya que no debo pasar por alto ni uno
solo de los detalles que recuerdo.
Cuando llegué a la habitación de Renfield, lo encontré
tendido en el suelo sobre su costado, en medio de un charco de
sangre. Cuando me dispuse a moverlo, comprendí que había
recibido varias heridas terribles; no parecía existir esa unidad de
fines entre las partes del cuerpo, que parecen marcar incluso la
cordura letárgica. Al observar su rostro pude advertir que lo tenía
horriblemente magullado, como si se lo hubieran golpeado con
tra el suelo..., en realidad era de las heridas que tenía en el ros
tro que había surgido el charco de sangre. El asistente que esta
ba arrodillado al lado del cuerpo me dijo, mientras le dábamos la
vuelta al cuerpo:
—Creo, señor, que tiene la espalda rota. Vea, tanto su
brazo como su pierna derecha, así como el lado derecho de su
rostro, están paralizados.
El asistente estaba absolutamente estupefacto, debido a
que no se explicaba cómo había podido suceder algo semejante.
Parecía absolutamente desconcertado y sus cejas estaban muy
fruncidas cuando dijo:
—No puedo comprender ninguna de las dos cosas.
Puede marcarse el rostro así, golpeando su cabeza contra el
suelo. En cierta ocasión vi a una joven que lo hizo en el Asilo
Eversfield, antes de que nadie pudiera impedírselo. Y supongo
que hubiera podido romperse la espalda al caer de la cama, si lo
hizo en una mala postura. Pero le aseguro que me es imposible
imaginarme cómo pudieron suceder ambas cosas al mismo
tiempo. Si tenía la espalda rota no podía golpearse la cabeza, y
si tenía el rostro así ya antes de caerse de la cama, entonces
habría rastro de sangre.
Entonces, le dije:
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