Page 386 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker


                  to, pero, sobre todo, cuando se trata de cazar. Las metáforas
                  son más deshonrosas para la ciencia que los lobos peligrosos
                  para el hombre. Mientras tanto, no podemos hacer aquí nada en
                  absoluto, y como creo que ninguno de nosotros está familiariza
                  do con Varna, ¿por qué no vamos allá antes?
                         Resultará tan largo el esperar aquí como el hacerlo allá.
                  Podemos prepararnos entre hoy y mañana, y entonces, si todo
                  va bien, podremos ponemos en camino nosotros cuatro.
                         —¿Los cuatro? —dijo Harker, interrogativamente, mi
                  rándonos a todos, de uno en uno.
                         —¡Naturalmente! —dijo el profesor con rapidez—. ¡Us
                  ted debe quedarse para cuidar a su dulce esposa!

                         Harker guardó silencio un momento, y luego dijo, con
                  voz hueca:
                         —Será mejor que hablemos de esto mañana. Voy a
                  consultar con Mina al respecto.
                         Pensé que ése era el momento oportuno para que van
                  Helsing le advirtiera que no debería revelar a su esposa cuáles
                  eran nuestros planes, pero no se dio por aludido.
                         Lo miré significativamente y tosí. A modo de respuesta,
                  se puso un dedo en los labios y se volvió hacia otro lado.

                                 Del diario de Jonathan Harker

                         Octubre, por la tarde. Durante un buen rato, después de
                  nuestra reunión de esta mañana, no pude reflexionar. Las nue
                  vas fases de los asuntos me dejaron la mente en un estado tal,
                  que me era imposible pensar con claridad. La determinación de
                  Mina de no tomar parte activa en la discusión me tenía preocu
                  pado y, como no me era posible discutir de eso con ella, sola
                  mente podía tratar de adivinar. Todavía estoy tan lejos como al
                  principio de haber hallado la solución a esa incógnita. Asimismo,
                  el modo en que los demás recibieron esa determinación, me
                  asombró; la última vez que hablamos de todo ello, acordamos
                  que ya no deberíamos ocultarnos nada en absoluto unos a otros.
                  Mina está dormida ahora, calmada y tranquila como una niñita.
                  Sus labios están entreabiertos y su rostro sonríe de felicidad.
                  ¡Gracias a Dios, incluso ella puede gozar aún de momentos
                  similares!





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