Page 108 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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                                 :

     blecerá el orden en el  país, expulsará al extranjero y construirá los «Mu­
     ros del Príncipe», destinados a salvaguardar para siempre a Egipto de la
     invasión  asiática,  liste rey será Amenemhat I  (llamado  aquí Ameny), el
     fundador de la dinastía XII.
       El panegírico que pone  fin a la obra permite  suponer naturalmente
     que esta profecía post eventum fue compuesta bajo el reinado del soberano
     del  que  hace  tan vibrante  elogio.  Es  posible  que  este  mismo  «Amen;7»
     haya inspirado el tema, con el designio no sólo de poner de relieve los be­
     neficios  de la dinastía que acaba de  fundar y de contribuir a su afianza­
     miento,  sino  también  de  asegurar  el  éxito  de  la  restauración  que  había
     emprendido, ofreciendo a  sus  sucesores «grandes  y terribles lecciones».
     El original remontaría pues hacia el año 2000, y no nos ha llegado.
       El manuscrito  1116  B  de  Leningrado,  traducido  más  abajo,  no  es
     más que una copia (o mejor, una adaptación) posterior en cinco siglos
     a la redacción primitiva, puesto que data de la dinastía XVIII, más con­
     cretamente del reinado de Tutmosis III (primera mitad del siglo XV): se
     trata además  de una copia mediocre, obra de un escriba poco  experi­
    mentado o  algo distraído, llena de  faltas que no  facilitan la compren­
     sión de un texto  difícil por sí mismo y que  aún  se encuentra lejos  de
    estar fijado de forma satisfactoria. Una tablilla de madera del Museo de
    El Cairo, que reproduce la segunda parte de la profecía, ayuda en cier­
    to modo  a la interpretación de  algunos pasajes.  De los  restos  de  otra
    tablilla, y también de algunos ostraca, no se puede obtener ningún be­
    neficio  real.  Todos  estos  documentos  (y otros  del mismo género  aún
    inéditos) nos muestran al menos que el Cuento pro/ético era muy conoci­
    do por los  egipcios de las dinastías  XVIII y XIX, que era leído, estu­
    diado y copiado, como modelo de obra «clásica», en las escuelas y los
    talleres  de escribas.  Es un honor que  comparte con Sinuhé y el  Cuento
    del campesino.

                              bibliografía
    - Manuscritos. - El único Ms. es el papiro 1116 del Museo de PErmita-
    ge (véase más arriba, p. 91). Mide entre Ol 56 m. y Ol 58 m. de alto, y con­
                                              ’
                                     ’
    tiene 71 líneas, de las cuales 65 horizontales y 6 verticales (1. 23 y 67-71).
    Dinastía XVIII (Tutmosis III).
       Buena  reproducción  por  W.  Golénischeff,  Les papirus  hiératiques  n°
     1115,  1116 A j  B de l ’Lrmitage impérial à Saint Pétersbourg,  1913, planchas
    23-25 en fototipia, con transcripción en jeroglíficos.
       [Anteriormente Golénischeff había presentado su descubrimiento en
    una noticia leída en el Congreso Internacional de Orientalistas en 1876:
    <rLe  papirus  n.o  1  de  Saint  Petersbourg»,  en  ZAS  14  (1876),  p.  107,
    —gualmente en «Lettre de M.  Golénischeff  sur ses dernières  découver­
     i
    tes», en Rec. de Trau  15 (1893), p. 88]
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