Page 36 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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38         MITOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA


     biaba lejos (de todos), estando yo cerca (de él). Mi corazón se turbó, mis
     brazos se separaron de mi cuerpo, habiéndose abatido un temblor por to­
     dos mis miembros. Me alejé de un brinco para buscarme un escondrijo:
     me coloqué entre dos arbustos para mantenerme fuera de la vista de cual­
     quiera que pasara por el camino14.

     Atraviesa el Delta, y después el istmo de Sue%

        Me dirigí hacia el sur: / [R,30] (sin embargo) no me proponía volver a esa
     corte, pues pensaba que allí habría luchas y no creía que pudiera vivir (aún)
     tras eso15. Atravesé (las aguas de) Maaty16, en la proximidad del Sicomoro17,
     e hice un alto en la isla de Snofru18; pasé allí la jornada, en el linde de las tie­
     rras cultivadas, y reemprendí la marcha (al día siguiente) en cuanto se hizo de
     día. Encontré a un hombre / (R,35] que estaba en mi camino: me saludó con
     deferencia, a mí que tenía miedo de él. Cuando llegó la hora de comer, me
     aproximé a la ciudad de Negau19. Atravesé (el Nilo) sobre una embarcación
     sin timón, gracias a la brisa del viento del oeste, y pasé al este /(R,40] de la
     cantera, más arriba de la Dama de la Montaña Roja20. Caminando21 hacia el
     norte, alcancé los Muros del Príncipe22, que habían sido construidos para re­
     peler a los Beduinos y para aplastar a los Corredores de las Arenas; me man­
     tuve encorvado en un arbusto, temeroso de que el centinela que estaba de
     servicio ese día /[R,45] sobre la muralla mirara (hacia mi lado)23.
        Reemprendí el camino por la noche y al día siguiente al alba llegué a
     Petni.  Habiéndome parado en una isla de la Muy Negra24, me asaltó un


         Lit. «a  fin de separar(me)  dei camino  (más exactamente)  de aquél  que marchaba  sobre
     ella». Cfr. J. Spiegel, en ZAS 71  (1935), p. 65.
        ,Λ R -si nn «después de (todos)  estos acontecimientos». El Ms. B, 7 ofrece r-sf.f« tras él», v
     el ostracon de El Cairo comenta: «tras aquél, este dios bienhechor (Amcnemhat I)».
        16 «Maat)'», probablemente el lago Mariut.            r
        17 Un lugar así llamado por un arból sagrado, un sicomoro (nht), considerado una de las se­
     des de las diosas  Hathor y Nut (cfr. nota 1).
        !hi La isla de Snofru, denominada así por uno de los  reyes de la dinastía IV,  se localizaba  en
     el noroeste del Delta.
        19 Dmi <n> Ñ Gíw «la ciudad de  Negau», o  dmi n G ïw «la ciudad de  Gau», que debía en­
     contrarse en la vecindad de la punta del delta, pues vamos a ver a Sinuhé pasar el Nilo en bar­
     ca y llegar a las canteras de Gebel el-Ahmar.
        20 Lugar o santuario en la montaña llamada hov día  Gebel el-Ahmar (la montaña  roja), no
     lejos del Cairo y  frente a Heliópolis: allí la diosa Hathor  era la   «Dama».
        21 Lit. «cuando hube dado camino a mis pies».
        22 «I/)S Muros del Príncipe» eran una fortaleza construida por Amenemhat I en la frontera oriental de
     Egipto, a la entrada del Uadi Tumilat. También se hace mención de estos Muros en el Cuentoprofêtm (L 66).
        2-’ Se ha propuesto  [/iví 28 (1942), pp.  66-67) traducir haciendo de  im y el epíteto de  inb:
     «temiendo que el centinela sobre la manilla que estaba en su ¿lia (o sea, que se encontraba de guardia) mi­
     rara (hacia mi lado)».
        24   Desde Petni, localidad desconocida, posiblemente en el üadi Tumilat, Sinuhé pasa a una isla de h
     «Muy Negra» (o más exactamente: «la gran (extensión) negra»), km wr, expresión que parece designar los
     Lagos Amargos, en particular el lago Timsah. «Un ataque de sed me asaltó» (Js.n.f wi, lectura de B, 22).
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