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Otros artículos de Orlando J. Coré Fernández: “Piñera en Mérida”, en
Memoria (2012), “La ignorada muerte y resurrección de santa Teresa de
Jesús”, en Memoria (2013), “Estaciones y puertos de la poesía de Gastón
Álvaro Santana”, en Memoria (2015). La editorial Ego Group Inc. ha
publicado los libros “Colección de Poesía” (2008), “España y otros poemas”
(2012) y “Asilo y Refugio” (2014) de este mismo autor.
José Martí: alma pura; puritano, no.
Orlando J. Coré Fernández
1.- «¡Por las manos, no! ¡Por las manos, no!»
Una mañana, el tren que traía a Martí de una breve excursión al balneario de Cape May descarriló
cerca de Filadelfia. Hubo el aturdimiento consiguiente entre los viajeros. En una de las sacudidas, una
señora ya entrada en años rodó por el piso del vagón. Martí acudió a levantarla, pero la señora
prorrumpió en gritos agudos: «¡Por las manos, no! ¡Por las manos, no!», dejándole desconcertado en
cuanto a los asideros que la dama consideraba más decorosos. Al registrar el episodio en su cuaderno,
Martí se preguntó gravemente: «¿Sería una vieja puritana?» Esta deliciosa viñeta, que conjuga el
esperpento con la gravedad martiana, se halla en el capítulo XVII: “La Guerra Chiquita”, de MARTÍ EL
APÓSTOL, de Jorge Mañach [1].
Blanche Zacharie de Baralt, en su libro EL MARTÍ QUE YO CONOCÍ, de 1945, nos cuenta:
Yo lo recuerdo como un joven de genio alegre, y solo en los dos o tres últimos años, cuando pesaban
sobre su alma las grandes preocupaciones y responsabilidades que entrañaba la idea de lanzar un
pueblo a la revolución donde tenían, forzosamente, que morir muchos combatientes, se tornó grave y
pensativo.
En los meses que precedieron a la Guerra del 95, cuando Martí era perseguido por el espionaje
español, cambiaba de residencia a menudo, para despistar a los agentes que lo buscaban. Venía a veces
a pedirnos albergue, sabiendo que nuestra casa era la suya; y contaba mi marido que una noche que
Martí durmió en su cuarto, lo despertaron unos suspiros profundos y unos quejidos lastimeros. “¿Qué
le pasa, Martí?”, le preguntó Luis alarmado. Aquel, abriendo los ojos, exclamó: “¡Ay, las madres, las
madres, cuánta sangre y cuántas lágrimas van a correr en esta Revolución a que voy a lanzar a mi
país!” [2]
El tomo de las Obras Completas de José Martí, dedicado a los FRAGMENTOS, guarda estos dos que
bien merecen ser transcritos en este momento:
(22)
La única excusa que pudiera tener la anex. (anexión) sería la de conseguir la libertad sin sangre.
Es inútil pretextarlo; pero esa sería la única excusa, (inconcluso).
(108)
Contra la anexión.
Lo querrán unos cuantos fabricantes de azúcar; lo querrán los que, so pretexto de patria, se valían
de ella para tomarla a su provecho: lo querrán… (inconcluso). [2A]
2.- Donde está la llaga.
Hay que estudiar el lugar donde está la llaga: está en el relajamiento de las costumbres morales (…)
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