Page 34 - Comparto 'Vida de San Agustín' con usted
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retiraban  antes  de pagar,  era ganancia para  el  estudiante  y

                  pérdida para el profesor. Algunos estudiantes se convirtieron


                  en sus amigos. El dinero del mundo no valía la formación que

                  Agustín les brindaba.


                  No  todo  era  oscuro  para  el  genio,  a  quien  le  encantaba  la

                  formación.  Tenía  amigos,  algunos  de  juventud  y  otros  más


                  recientes. Ellos eran su tesoro más preciado, su mundo y su

                  ilusión en su  afán por encontrar la verdad.  Cuando estaban

                  juntos hablaban de muchas cosas y de proyectos comunes que


                  esperaban  realizar.  Gozaban  como  “chigüines”  en  plena

                  adolescencia cuando conversaban de diferentes temas.




                  ¡Cómo olvidarse del proyecto de Casicíaco, donde pretendían


                  vivir como hermanos, como amigos; compartiendo sus vidas

                  por toda la eternidad! Casicíaco era una finca, propiedad de


                  uno  de  ellos  que  la  puso  a  la  disposición.  Un  paraíso,  una

                  utopía  filosófica;  lo  era  todo  para  ellos.  Se  imaginaban


                  viviendo, ya no al servicio del imperio, sino al servicio de la

                  sabiduría; pero, el proyecto no cuajó, pues los compromisos

                  con sus mujeres y otros a los que no hago mención, impidieron


                  que se llevara plenamente a cabo.












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