Page 35 - Comparto 'Vida de San Agustín' con usted
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Agustín permaneció mucho tiempo en Roma alardeando de su
fama, amándose con sus amigos, disfrutando de los beneficios
de aquella ciudad, que un día fue y volvió a ser la capital del
imperio. Ahí vivieron grandes emperadores, se construyeron
grandes obras de arte, proyectos sociales, alcantarillados,
calles calzadas, los baños públicos, las fuentes de aguas
cristalinas llevadas desde lejos, espacios de recreación. ¡Esto
era impresionante!
Roma, ¡la gran Roma!, donde los turistas encontraban toda
diversión. Roma, la que calmaba la sed de los artistas. Roma,
la que brindaba calor a los solitarios. Roma, la que acogió a
Agustín en su incertidumbre y lucha por encontrar la verdad.
Si tan solo hablaran las ruinas de aquel lugar, estoy seguro,
que nos contarían de las lágrimas que este hombre derramó
en sus calles; nos contarían de sus luchas internas y, también,
de los amores que allí conoció, de las amistades que
suavizaron las penas de su desdicha. Allí, Agustín vivió una
gran etapa de su vida.
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