Page 47 - Hasta el viento puede cambiar de piel
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negué:
—No. Yo creo que Laura tiene razón, tenemos que hacer algo.
—Claro, siempre tenemos que hacer lo que Laura diga —dijo molesta—. Pues
ahora voy a hacer lo que mamá dice.
Eso me enfureció, así que le reclamé:
—Pues yo no quiero que ninguna mujer más desaparezca. Si tú no quieres venir,
puedo ir con Mario para que me ayude a pensar qué es lo que podemos hacer.
Me puse en camino a casa de Mario, pero no había dado ni diez pasos decididos,
cuando sentí a Tania detrás de mí:
—Tienes razón, amiga, la policía no va a hacer nada. Y menos si resulta ser un
problema extraterrestre.