Page 43 - El sol de los venados
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EL SÁBADO PASADO fuimos al río. Papá preparó desde el día anterior la olla
               que Pacheco bautizó “de los caníbales” porque, según él, en ella cabe una
               persona. La abuela compró tres gallinas en el mercado y entre ella, mamá y Tatá

               metieron en bolsas las cebollas, las papas, los plátanos, el pimentón y todas las
               cosas para preparar la comida. Coqui y el Negro se encargaron de la gaseosa y
               de las cervezas. A mí me tocó meter en una bolsa los trajes de baño, los pañales
               y los biberones de José.





               –Ha llegado Roque –avisó Coqui a papá al oír que afuera pitaba un carro.






               –Buenas –dijo Roque un momento después desde la puerta.






               Roque es el taxista preferido de papá. Es el que siempre nos lleva al río y
               también a La Rochela, adonde vamos a veces a pasar las vacaciones. A papá casi
               no le gusta que viajemos en autobús. Por eso, Tatá dijo un día que éramos los
               pobres más ricos del pueblo.






               –¿Por qué? –le preguntó Coqui asombrado.






               –Pues porque somos pobres, pero a veces hacemos cosas de ricos –dijo Tatá
               hablando como una persona mayor.





               –¿Qué cosas? –siguió preguntando Coqui.






               –Por ejemplo, siempre andamos en taxi. Papá nos manda al cine todos los
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