Page 109 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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LA VÍA DEL GUERRERO ZEN 105
ser. La mente perdida es la mente fijada en algún lugar, que
reflexiona tristemente sobre alguna cosa.
Cuando la mente básica se congela y queda aferrada en
algún punto, se convierte en mente perdida. Una vez que
la mente se ha perdido, sus diversas funciones son defi-
cientes. Así que la idea fundamental es intentar no perderla.
La mente básica es como agua, que no permanece en
ningún lugar; la mente perdida es como hielo, con el que
no te puedes lavar las manos o la cabeza.
Si fundes el hielo y lo conviertes en agua para que
pueda fluir a cualquier lugar, puedes entonces lavarte
manos y pies.
Si tu mente se fija en algún lugar y se demora en algu-
na cosa, se congela. La consecuencia es que no puede ser
utilizada libremente, lo mismo que el hielo no puede ser
utilizado para lavarse.
Si fundes tu mente y la utilizas como una riada que
atraviesa tu cuerpo, puedes enviarla a donde quieras y ser-
virte de ella como quieras. A ésta se le llama mente básica.
No es decir mucho que a recuperar la mente básica se
le da una importancia primordial en el zen. La estabilidad
natural de la mente básica fue también buscada por los gue-
rreros como un centro de equilibrio, desde el que podía
emerger la acción espontánea sin ninguna inhibición causa-
da por la conciencia centrada en uno mismo. En su libro
sobre las artes marciales, Yagyu Munenori incluye también
una exposición sobre la mente básica y la mente perdida,
siguiendo la enseñanza del maestro Takuan y concretándola:
La mente falsa es pasión y egoísmo. Cuando ésta surge,
la mente básica está escondida y se convierte en falsa
conciencia; entonces sólo se producen calamidades.