Page 108 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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104 EL ARTE JAPONÉS DE LA GUERRA
sites, ejercerá las funciones que precises que se hagan. Si
fijas la mente en algún lugar, será absorbida por ese lugar y
fallará en su función.
Si rumias pensamientos, serás absorbido por esta
acción, así que deja que la mente vaya a todo el cuerpo, sin
mantener en ella ningún juicio, y cumple cada función con
exactitud, sin detenerte ni retrasarte en ningún lugar.
Si pones la mente en algún sitio, quedas deformado.
Deformarse es volverse unilateral; ser integro permite al-
canzar cualquier cosa. La mente recta o justa significa men-
te extendida por todo el cuerpo, que no se adhiere a nin-
gún sitio o dirección.
Cuando se coloca la mente en algún lugar con el resul-
tado de que en todas partes falla, se la llama mente defor-
mada. Lo que desdeñamos es la deformación. Así es como
se llama la fijación en las cosas y la Vía zen la desecha.
Si no piensas en dónde ponerla, la mente impregna
todo el ser. Sin poner la mente en ningún lugar, emplea tu
atención en cada situación a medida que se va desarrollan-
do y según lo que vayan haciendo los adversarios.
Más adelante, Takuan reflexiona sobre la libertad y los
- vínculos mentales en el mismo sentido que las ideas tradi-
cionales de la psicología zen práctica. La mente fluida y
libre que intenta transmitir al guerrero es descrita como la
mente básica o la mente-no-pensante. A la mente fijada que
aconseja al guerrero que abandone la llama la mente perdi-
da o mente pensante. El maestro zen Takuan resume su
exposición previa sobre la libertad física que emerge de la
libertad mental, para explicar detalles prácticos:
La mente básica es la mente que no permanece en nin-
gún sitio sino que impregna por completo el cuerpo y el