Page 104 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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100 EL ARTE JAPONÉS DE LA GUERRA
Si pones tu mente en el pensamiento de matar al adver-
sario, tu mente es absorbida por el pensamiento de matar
al adversario.
Si pones tu mente en tu propia espada, tu mente es
absorbida por tu propia espada.
Si pones tu mente en tu determinación a que no te
maten, tu mente es absorbida por la determinación a que
no te maten.
Si pones tu mente en las posiciones de la gente, tu
mente es absorbida por las posiciones de la gente.
La cuestión radica en que no hay ningún sitio donde
poner la mente.
Algunos dicen: «Si dejamos que la mente vaya a cual-
quier lado, ésta quedará fijada allí donde vaya, colocándo-
nos en posición de desventaja respecto a los adversarios. Así
que es mejor poner la mente en las propias tripas y mante-
nerla allí, mientras nos adaptamos a lo que haga el adver-
sario.»
Por supuesto que podría ser así, pero desde el punto de
vista de una fase avanzada del budismo, mantener la mente
en la parte inferior del abdomen es una etapa primeriza. Es
la etapa de la práctica, en la que se recuerda la severidad, y
que se llama la fase de «buscar la mente liberada». No cons-
tituye la fase más alta y trascendente, sino que es simple-
mente el estado de seriedad.
Si fuerzas la mente a ir a tus tripas, debajo del ombli-
go, y tomas la determinación de que permanezca allí, tu
mente es absorbida por tu determinación a mantenerla allí;
como consecuencia, tu acción posterior será imperfecta y
perderás toda libertad.
La práctica actualmente popular de poner la atención
en la parte Inferior del abdomen (hara) parece que fue
Introducida en Japón hacia el año 800 de nuestra era. Era