Page 34 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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30           EL ARTE  JAPONÉS  DE  LA GUERRA

          tilizado  por los monjes  chinos  que  buscaban  re-fugio  polí-
          tico  del régimen  mongol  de la dinastía  Yuan.
             Según  los  historiadores,  al  menos  veintisiete  escuelas
          zen  se  instalaron  en  el Japón  medieval,  estando  la mayoría
          de ellas afiliadas  a la secta  Rinzai  (en chino  Lin-chi  o Linji).
          Los estudiantes  zen  no  estaban vinculados  a ninguna escue-
          la y normalmente  estudiaban  en  más de una.  Esto diluía sus
          identidades  como  escuelas  separadas,  y sólo  algunas  de las
          ramas  zen  continuaron  existiendo  más  de  tres  o  cuatro
          generaciones  después  de su  trasplante  a Japón.
             El  segundo  sogunado,  que  sustituyó  al primero  en  el
          siglo XIV,  apoyó  el budismo  zen  en  la zona  de Kioto,  utili-
          zándolo  no  sólo  con  propósitos  religiosos,  sino  también
          como  base  de aprendizaje  y de cultura.  En este  periodo  se
          desarrollaron  y perfeccionaron  las artes  zen  de la erudición,
          la poesía,  la pintura,  los rituales  y el diseño  del entorno.  El
          sogunado  de Kioto  también  volvió  a abrir las comunicacio-
          nes  con  China  por  sugerencia  de  uno  de  los  principales
          maestros  zen  de los primeros  tiempos.
             Durante  este  periodo era  tan fuerte  el interés  por la cul-
          tura  china  que  grupos  de hasta  cincuenta  peregrinos  japo-
          neses  iban  de  visita  a  monasterios  chinos.  La  influencia
          manifiesta  del zen  en  la cultura  japonesa  había  alcanzado  su
          cenit.  El  gobierno  estableció  una  jerarquía  paralela  de
          monasterios  zen  de  elite,  dirigidos  por  los  establecidos
          cerca  de  las  dos  sedes  del  primer  y segundo  sogunado,
          Kamakura  y Kioto,  respectivamente.  La  educación  liberal
          de  los samuráis  de clase  alta  fue  confiada,  en  gran  parte,  a
          los eruditos  monjes  zen  de la capital.
             Estas escuelas  eran  especialmente  famosas  por su poesía,
          arte  y conocimientos  seculares,  pero  la sociedad  monástica
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