Page 315 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
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LUCHAS DEL LADO ACA DEL INDO 311
abandonaron la ciudad y se retiraron a la ciudadela de Aornos, situada en las
montañas cercanas al Indo, junto a la frontera meridional del país de los asacenos.
Con la ocupación de las tres plazas fuertes de Masaca, Ora y Bazira, Ale
jandro era dueño del país montañoso situado al norte del Cofen, al sur del cual
se hallaban los dominios del príncipe Astes de Peucela. Al parecer, este príncipe
había ensanchado sus territorios a costa de sus vepinos, extendiéndolos incluso
hasta el sur del río Cofen; el príncipe Sangaio había perdido sus dominios,
anexionados a los de Astes, y habíase refugiado en las tierras de Taxila. Cuando
los heraldos de Alejandro habían invitado a los príncipes de la India a presen
tarse en Nicea, ni Astes ni Asaceno habían obedecido. Pero los éxitos logrados
después por las armas macedonias, la proximidad de Alejandro y su ejército, la
muerte de Asaceno, determinaron al príncipe de Peucela, para no tener que
enfrentarse personalmente al gran rey y a su temible ejército, a abandonar su
territorio nativo para ir a refugiarse a sus dominios del sur del Cofen, donde,
encastillado en una ciudadela de la montaña, confiaba en poder hacerse fuerte.
Sin embargo, Efestión avanzó hasta llegar delante de esta fortaleza, que logró
conquistar después de un asedio de treinta días; en el asalto había perecido el
mismo Astes, y Sangaio, refugiado cerca de Taxila, tomó posesión de la ciudad
con el consentimiento de Alejandro. La ciudad de Peucela, sin señor y sin defen
sores, se rindió sin lucha tan pronto como Alejandro se presentó delante de ella;
se le adjudicó una guarnición macedonia. El ejemplo de Peucela fué seguido por
las otras ciudades menos importantes que se hallaban antes del Indo, hacia el
que marchó Alejandro, descendiendo hasta Embolina, unas cuantas millas por
encima de la desembocadura del Cofen.
De este modo, en el transcurso del verano y tras una serie de luchas bastante
importantes y duras, los macedonios habían logrado someter a sus armas todo el
territorio situado entre los parapanísades y el Indo. En la parte sur del Cofen,
donde el valle aparece flanqueado por una serie de áridas montañas, había ope
rado Efestión, tomando posesión de aquellas tierras, y la ciudadela roquera de
Astes, así como Orabatis, conquistada también por él y guarnicionadas con tropas
macedonias, convirtiéronse en los puntos militares de apoyo para la defensa de
las márgenes meridionales. En el norte, los macedonios habían cruzado, uno
tras otro, los valles del Joaspes, del Gureos y del Suastos y las tierras de los
aspasios, de los gureos, de los asacenos y de los peuceloatas, puesto en dispersión
y arrojado al fondo de las montañas a los habitantes del alto Joaspes y del Gu
reos y, finalmente, asegurado por medio de las plazas fuertes de Andaca y Arigeón
el valle de los gureos, con las de Masaca, Ora y Bazira las tierras de los asacenos
y con la de Peucela la margen occidental del Indo. En lo sucesivo todos estos
territorios, aunque siguiesen regidos en su mayor parte por príncipes indígenas,
pasaban a ser vasallos de los macedonios y fueron reunidos en una satrapía bajo
el nombre de India del lado de acá.
Sólo una fortaleza de montaña situada cerca del Indo, en su margen oriental,
seguía ocupada por los hindúes; los macedonios diéronle el nombre de Aornos,