Page 361 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
P. 361
PARTIDA DE CRATERO 357
nias, llamadas a vigilar aquel país de las ruinas y la devastación. Musicano había
sido hecho prisionero, fué condenado a muerte y ejecutado en unión de muchos
brahmanes y sus cadáveres colgados en las calzadas del país arrastrado por ellos
a la catástrofe.
v Alejandro retornó al sitio en que estaban atracada su flota y acampado su
ejército. La energía con que había sofocado y la severidad con que había casti
gado las sublevaciones pareció haber surtido, por fin, el efecto apetecido en los
ánimos de las poblaciones indígenas y de sus príncipes. El primero que se apre
suró a presentarse ante Alejandro para someterse fué el príncipe Meris de Patala,
cuyos dominios se extendían por todo el delta del Indo; compareció en Alejandría
a rendir ante los macedonios su persona y su país y, a cambio de ello, fué confir
mado en el gobierno de su territorio bajo las mismas condiciones que fueran
concedidas al príncipe Musicano y a los demás enclavados dentro de los ámbitos
de las satrapías macedonias de la India. Y, después de haberse informado cerca de
él sobre la estructura del delta del Indo, que comienza precisamente en Pata-
la, acerca de las diversas desembocaduras del río y del océano en que vierten sus
aguas los varios brazos del Indo, le mandó volver a sus tierras, con órdenes de
preparar todo lo necesario para recibir al ejército y a la flota.
Esta sumisión de Meris, el último príncipe independiente que quedaba en
la cuenca del Indo, había terminado las operaciones guerreras de la expedición;
por lo menos, no había razones para esperar que se produjese ningún combate
importante y general; si acaso, podría encontrarse en las tierras que aún queda
ban por recorrer algún que otro foco aislado de resistencia, fácilmente dominable.
Ya no era necesario seguir manteniendo unido aquel ejército; había llegado la
hora del retorno. El deseo del rey de descubrir la ruta marítima desde la India
a Persia y su plan de cruzar los territorios del litoral del sur enclavados entre
ambos países, que hasta ahora no habían sido sometidos con su presencia directa
y algunos de los cuales estaban poblados por tribus independientes, no hacían
necesario tampoco el empleo de todo el ejército, .que había sido fácil sostener en
las riquísimas tierras de la India, pero que de allí en adelante, por el camino de
la costa y a través de tierras no pocas veces desérticas, habría planteado bastantes
dificultades de aprovisionamiento.
Además, habíanse recibido de las provincias nordorientales del imperio no
ticias que obligaban a destacar a aquellos territorios una parte considerable del
ejército macedonio. El príncipe bactriano Oxiartes, que acababa de incorporarse
al ejército, había traído la nueva de una sublevación en las colonias militares
helénicas de Bactra: según la fuente, no muy verosímil, que informa de estos
hechos, ciertas rencillas entre los antiguos guerreros habían conducido a san
grientos choques; los amotinados, empujados por el miedo al castigo, habíanse
apoderado de la fortaleza de Bactra, incitado a los bárbaros a sublevarse contra
los macedonios y concedido el título de rey a Atenodoro, su cabecilla, quien
prometió conducirlos hasta su patria; un tal Bicón, celoso del rango de rey de
Atenodoro, había intrigada contra él, lo había asesinado en un banquete cele