Page 362 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
P. 362

358                   MARCHA  HACIA  EL  OCEANO

         brado  en  casa  de  Boxo,  un  bárbaro  distinguido,  y  al  día  siguiente  se  había
         justificado  del  asesinato  ante  el  ejército  reunido;  los  capitanes  habían  logrado  a
         duras  penas  arrancarlo  a  las  iras  de  las  tropas;  pero  se  confabularon  contra  él;  lo
         sometieron a  tormento  y  se  disponían  a  darle  muerte;  en  aquel  momento,  irrum­
         pieron  los  soldados,  le  arrancaron  al  tormento  y  poco  después  se  pusieron  en
         marcha  bajo  su  dirección  para  buscar  el  camino  hacia  la  patria.  Era  de  esperar
         que aquel  tropel  de  amotinados  habría  sido  reducido  ya  a  la  razón  por las  tropas
         de  la  satrapía;  sin  embargo,  era  necesario  adoptar  las  medidas  necesarias  para
         cualquier  contingencia.  Tampoco  marchaban  las  cosas  bien  en  la  satrapía  de  los
         parapanísades;  Tiriaspes había concitado  contra sí  a la  población  a  fuerza  de  opri­
         mirla  y  someterla  a  injusticias  de  todas  clases,  y  Alejandro  no  cesaba  de  re­
         cibir  quejas  contra  él;  en  vista  de  ello,  fué  separado  del  cargo,  enviándose  a  la
         capital  de la provincia, Alejandría,  al  príncipe Oxiartes  con el  mandato  de  ocupar
         su  puesto.  Más  inquietantes  aún  eran  las  noticias  que  llegaban  del  interior  de  la
         Ariana;  el  persa  Ordanes  habíase  declarado  independiente  y  usurpado  la  autori­
         dad  de  los  arispes  en  el  bajo  Etimandros.  Era  allí  sobre  todo  a  donde  había  que
         enviar  un  fuerte  ejército  macedonio  para  sofocar  en  germen  el  peligro.
             La  tercera  parte  aproximadamente  de  la  infantería  estaba  preparada  para
         marchar  hacia  la  Arajosia  al  mando  de  Crátero;  su  cuerpo  de  ejército  hallábase
         formado  por las  falanges  de Atalo,  Antigono  y  Meleagro,  una  parte  de  los  arque­
         ros,  todos los  elefantes  y los  hetairos  de  a  pie  y  de  a  caballo  no  aptos  ya  para  el
         servicio y que  debían ser repatriados.  La  misión  que  a  Crátero  se  le  encomendaba
         era  marchar  por  la  Arajosia  y  la  Drangiatia  hacia  la  Carmania,  reprimir  los  des­
         órdenes  que  pudieran  haberse  producido  en  aquellas  provincias  y  estimular  a  los
         sátrapas de ellas a enviar expediciones de víveres a la  costa gedrosia  que Alejandro
         se  proponía  recorrer  en  breve.


             MARCHA  DE  ALEJANDRO  HACIA  EL  OCÉANO.  NEARCO,  PUESTO  AL  FRENTE
                                     DE  LA  FLOTA
             Poco  después  de  partir  Crátero  con  sus  tropas,  púsose  también  en  marcha
         Alejandro.  El  rey  salió  al  frente  de  la  flota,  mientras  Peitón,  con  los  arqueros
          de  a  caballo  y  los  agríanos,  pasaba  a  la  orilla  izquierda  para  poblar  las  ciudades
         fundadas en  aquella  margen  del  río  con  habitantes  de  los  alrededores,  sofocar los
          restos de  desorden que aún  pudieran quedar en aquel  castigadísimo  país  y  reunir­
          se  en  Patala  con  el  grueso  del  ejército;  el  resto  de  las  tropas  fueron  conducidas
          por Efestión hacia la  misma  ciudad,  siguiendo  la  orilla  derecha  del  Indo.
             Al  tercer día  de  viaje,  Alejandro  tuvo  noticias  de  que  el  príncipe  de  Patala,
          en vez de preparar todo lo necesario para recibir a  su  ejército,  con arreglo  al  com­
          promiso asumido,  había huido  al  desiefto con la  mayoría  de  su  población,  tal  vez
          por  miedo  al  poderoso  rey  que  se  acercaba,  tal  vez  —que  era  lo  más  probable—
          porque los brahmanes le hubiesen  inducido  a  dar  aquel  paso.  Alejandro,  en  vista
          de  ello,  aceleró  la  marcha,  encontrándose  por  todas  partes  las  ciudades  y  aldeas
   357   358   359   360   361   362   363   364   365   366   367