Page 123 - Guerra civil
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GUERRA  CIVIL  I


          la  legión octava  entera, veintidós  cohortes  de  las  recientes
          levas  de  la  Galia  y  alrededor  de  trescientos  hombres  de
          caballería  del  rey  Nórico.8  A  su  llegada,  organiza  un
          segundo  campamento  hacia  el lado  contrario  de  la  ciudad,
          a  cuyo  mando  pone  a  Curión. 9             6  En  los  días  que  le
          sobran ordena cercar la plaza de una trinchera y almenas.10
          Casi  a  un  mismo  tiempo  de  haberse  concluido  la  mayor
          parte  de tal  construcción,  regresan  los  emisarios  enviados
          hacia  Pompeyo.11


             XIX           1  Leída  con  detenimiento  la  misiva  de  res­
          puesta,  Domicio  se  reserva  para  sí  su  contenido,  declara
          a su  estado  mayor 1  que  Pompeyo  habría  de  acudir  rápi­
          damente  en  su  apoyo,  y  exhorta  a  sus  integrantes  a  no
          desanimarse y  a  seguir preparando  cuanto  sea  de  utilidad
          para  la  defensa  de  la  plaza.         2  Él, por su  parte,  cambia
          secretamente  impresiones  con  unos  cuantos  íntimos suyos,
          y  decide  adoptar  la  alternativa  de  huir.                3  Como  la
          actitud  de Domicio  no  concordaba con  su  modo  de  hablar
          y  todo  lo  hacía  de  manera  más  titubeante  e  irresoluta
          que  la  que  le  era  habitual  anteriormente,  y  como,  contra
          su costumbre, charlaba  mucho en secreto  con  sus  hombres
          de  confianza  deliberando  con  ellos y  rehuía  las  asambleas
          y  las  audiencias  públicas,  el  meollo2  de  la  cuestión  no
          pudo encubrirse ni disimularse por más tiempo.                     4  Pom­
          peyo,  en  efecto,  había  contestado  que  él,  por  su  parte,
          no  habría  de  llevar  aquel  incidente  hasta  el  límite  del
          riesgo,3  y  que  no  había  sido  por  su  consejo  o  por  su
          intimación  que  Domicio  se había arrinconado  en  Corfinio:
          que si, por lo tanto, aquél tuviese oportunidad,  se le  incor­
          porase  con  todas  sus  tropas.             5  Esta  orden  no  podía
          ejecutarse,  en  virtud  de  que  se  estaban  llevando  a  cabo
          el  asedio  y  la  circunvalación  de  la  localidad.



             XX.           1  Propalado  el  propósito  de  Domicio,  los  sol­
          dados  que  ocupaban  Corfinio  realizan una  junta  por sepa­
          rado, 1  y  en  ella  cambian  impresiones  entre  sí,  a  través


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