Page 129 - Guerra civil
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GUERRA  CIVIL  I


          tulo  pide que se le permita  ser  regresado a  la plaza, seguro
           de  que  lo  que  había  logrado  a  base  de  súplicas  para  su
           salvación personal habría de servir de lenitivo para la espe­
           ranza  personal  de  los  demás  sitiados,  algunos  de ellos  tan
          amedrentados  que  ya  se  sentían  constreñidos  a  adoptar
           resoluciones  desesperadas  a  propósito  de  su  vida.  Conce­
           dido  el  permiso  en  cuestión,  Léntulo  regresa.

              XXIII.        1  César,  apenas  amanece1  ordena  sean  lle­
           vados  a  su  presencia  todos  los  senadores  e  hijos  de
           senadores,  los tribunos  militares  y los  caballeros romanos.
           2  Pertenecían a  la clase senatorial  Lucio  Domicio,  Publio
           Léntulo Esfínter, Lucio Cecilio  (Esfínter)  Rufo, el cuestor
           Sexto  Quintilio  Varo  y  Lucio  Rubrio;  2  además,  el  hijo
           de Domicio 3  y otros muchos jóvenes y un gran número de
           caballeros romanos y  decuriones que Domicio  había  levan­
           tado  en  armas  en  sus  municipios  mismos.                   3  Protege
           a  toda  esta  gente,  puesta  ante  su  presencia,  de  los  ultrajes
           y escarnios de  la soldadesca; 4  en  breves  términos  les  ma­
           nifiesta  el  no  haber  recibido  él  gratitud  alguna  de  parte
           de  ellos en  relación  con  los considerabilísimos  favores  que
           les  tiene  hechos,  y  los  despacha  indemnes.              4  Seis  mi­
           llones de sestercios, 5  que Domicio había aportado y  depo­
           sitado  en  el  erario  municipal,  habiendo  sido  puestos  a  su
           disposición  por  los  duunviros 6  corfinienses,  los  devuelve
           a  Domicio,  para  que  no  se  fuera  a  pensar  que  era  más
           indulgente con  la vida de los hombres  que  con su dinero,7
           y  aunque  constaba  que dicho  numerario  era  y^  dinero  pú­
           blico,  entregado  por  Pompeyo  como contribución  oficial. 8
           5  Ordena  que  los  soldados  domicianos  pronuncien  jura­
           mento ante  él, 9  y  ese  mismo  día  levanta  su campamento,
           realiza —después de haberse detenido en Corfinio siete días
           completos—  una jornada  normal,  y  a  través  de los  países
           de  los  marrucinos,  de  los  frentanos  y  de  los  larinatios,10
           llega  hasta  la  Apulia.


              XXIV.          1  Pompeyo,  enterado  de  los  acontecimientos
           que  se  habían  desarrollado  en  Corfinio,  avanza  de  Luce-



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