Page 34 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN


           noso ya  como  insostenible,  y gracias  a  la  cual  la  humani­
           dad  lograra  dar el  paso  a  una  etapa  superior,  menos  abo­

           minable e injusta, de civilización.
              Para  alcanzar  tal  propósito,  la  ideología  revolucionaria

           proclamó  el  postulado  de  la  transformación  de  las  rela­
           ciones  productivas  de  subordinación  imperantes en  la ectt-
           mene o  imperio  esclavista,  mediante  el  logro  de tres  obje­

           tivos  programáticos:  la  liberación  gradual de  las mayorías
           serviles  y  vasallas subordinadas, la  inmediata  reincorpora­
           ción de las masas  cívicas  intermedias  neutras a  la actividad

           económica  creadora,  y  la  definitiva  liquidación  clasista  de
           las  minorías  plutócratas  y oligárquicas  preponderantes.

              Ahora bien,  los  dirigentes revolucionarios  de aquel  tiem­
           po no podían ignorar  ni  ignoraban  que la  realización prác­
           tica  de  semejantes  propósitos  resultaba  incompatible  con

           toda componenda conciliatoria entre el progreso y el  retro­
            ceso, implicando, al contrario,  ineludiblemente, la oposición
           tajante  de  clases  subordinadas  y  clases preponderantes,  el

            forzoso antagonismo  entre  unas  y  otras,  el  choque inevita­
            ble  de  los  fuertes  con  los. débiles,  la  lucha  sin  cuartel  de
            las mayorías desesperadas  con las  minorías  todopoderosas:

            ligar,  en  efecto,  en  semejante  contienda,  y  en  calidad  de
            aliado  permanente  e  indispensable  del  programa  revolu­
            cionario,  a  cualquiera  de  los  dos  grupos  clasistas  privile­

            giados  —tal  y  como  lo  intentara  el  reformismo  agrarista
            de  los  Gracos— era  error  que  no  escapaba  a  la perspica­
            cia de los ideólogos populares, como se les llamó entonces, y

            a  quienes,  por lo  demás, tenía ya  aleccionados  la experien­
            cia histórica  a  propósito  de lo  utópico y  contraproducente
            que  resultaba  el  soñar  con  hacer  del  enemigo un socio,  en

            la empresa de acabar  con  sus  propios  intereses.



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