Page 30 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN

           —como,  por lo  demás  fue  también  su  demagogia—  culti­

           vaba  su  amistad  que,  recíprocamente,  Pompeyo  devolvía,
           pues  tenía  necesidad  de  Craso  y  de  su  influencia  en  el
           senado.

              En  su  gestión  de  edil-curul,  que  implicaba  también,  y
           sobre  todo,  los  festejos  públicos,  César  se  endeudó  por

           seis millones  de denarios,  suma  para dar vértigo:  combates
           de  gladiadores  y  de  bestias,  banquetes  populares,  regoci­
           jos  de la comunidad,  fueron así  el  marco  de la edilidad  de
           César:  Marco  Craso  financia  estos  despilfarros.  Y,  por

           cierto,  que  en  ese  mismo  año  de  65,  se  suele  citar  una
           tentativa  de  Craso  para  hacerse dictador,  con  César  como

           su maestro de caballería.  La  intentona  fracasa,  pero  César
           continúa  a  la sombra de  Craso,  cultivando  su popularidad
           y  a  la  espera  del  momento  más  propicio.

              Aprovecha  entonces  la  muerte  del  pontífice  máximo
           Metelo  Pío para  presentarse  candidato a  la  sucesión.  Era
           norma que los miembros del colegio de los pontífices desig­

           naran a  su  jefe;  y,  si  la  costumbre  se  hubiese  respetado,
           César no hubiera  podido  alcanzar su propósito,  puesto  que
           entre  los  pontífices  había  dos  hombres  más  relevantes

           que  él:  Publio  Servilio  Vasia  Isáurico  y  Catulo,  príncipe
           del senado.  Pero el tribuno Labieno hace votar una ley que
           reincorporaba  un  uso  más  vetusto,  según  el  cual  el  pon­

           tífice máximo  debía ser electo por diecisiete tribus, sacadas
           por  sorteo  de  entre  las  treinta  y  cinco  en  que  se  dividía
           el pueblo romano.  Se trataba de sobornara todo el populus,

           y  Craso  prestó  su  ayuda  para  lograrlo:  César  venció,  y
           en el 63, siendo ya  pretor designado para  el  año siguiente,

           obtuvo  la  mayoría  necesaria.  El  golpe  era  duro  para  la
           oligarquía.



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