Page 26 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN

            una  semblanza  y  emitir  un  juicio  somero  pero  sólido  del

            gran  autor  de  nuestro  Bellum  Civile.

               César nace en el seno de  una de las  más  ilustres familias
            de la  Roma antigua,  cuyos antepasados,  según  la leyenda,
            provenían  de  Venus y  de  Anco  Marcio.  Lo  que  a  ciencia

            cierta  se  sabe  en  realidad  es  que  su  padre,  perteneciente
            a  la  oligarquía,  había  llegado a  la  magistratura  pretoria  y
            había  sido  gobernador  de  una  provincia  asiática,  donde

            murió,  dejando  al  joven  César  huérfano  a  los  diez  años.
            Según  Jerónimo  Carcopino,  nació  en  el  3  de  julio  de
            103,  aunque  la  mayoría  de  sus  biógrafos  y  de  los  histo­

            riadores da  la  fecha de  100,  como  la comúnmente aceptada
            de su nacimiento.  Como  era tradición  en las grandes fami­

            lias,  fue  educado  con  sumo  esmero  y  supo  cultivar  el
            espíritu  y dominar el cuerpo;  aprendió  a hablar y a escri­
            bir  con  igual  soltura  el  latín  y  el  griego;  y  a  soportar

            las más grandes  fatigas a pesar  de  su constitución  endeble.
            Desde  su  adolescencia,  admiró  a  su  tío  Mario,  el  gran
            vencedor  de  la  Numidia,  de  los  cimbrios  y  los  teutones,

            y  uno  de los proceres  más  adversos  a  la  constitución  tra­
            dicional  y  al  gobierno  de  la  oligarquía.

               Partidario  de  Mario,  César,  automáticamente,  se  gran­
            jeó  el  odio  de  Sila,  el  tirano  conservador  —vencedor  del

            primero—;  amigos  de ambos trataron  del perdón de César
            ante  el viejo  dictador;  puso  éste  por  condición  que  Cayo
            Julio  repudiara  a  Cornelia,  su  primera  esposa,  hija  de

            Cinna,  el  gran  camarada  de  Mario.  Ante  la  negativa  del
            joven  patricio,  Sila  lo privó  de la dote  de  su cónyuge y  le
            confiscó  sus bienes hereditarios:  César  hubo  de  huir  por

            los aledaños  de Roma, hasta  que  Sila  dejó  de  perseguirlo



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