Page 24 - Guerra civil
P. 24
INTRODUCCIÓN
corifeo de la plutocracia, a la que pertenecía de origen, debió
ceñirse a la legalidad y licenciar su ejército, apenas desem
barcado en Italia, en Brindisi, durante los primeros días
de enero del 61.
Vencedor y pacificador de Oriente, no le negaron ni
el pueblo romano ni la oligarquía los honores correspon
dientes a sus hazañas: el senado no le escatimó supplicatio
nes ni encomios; atravesó la Italia, de Brindisi a Roma,
en medio del regocijo público y de las manifestaciones
de bienvenida de las poblaciones de la península; y su
triunfo en Roma, uno de los más fastuosos que registró
la historia de la metrópoli, duró dos días enteros, con
pancartas de catorce naciones sometidas, rarezas asom
brosas, estatuas de metal precioso, treinta y tres coronas
de perlas, la efigie colosal de Mitrídates en oro, cautivos
y rehenes, y, al final el homenajeado, en un carro tirado
por caballos blancos, cintilante de piedras preciosas y ves
tido con la clámide, encontrada en el guardarropa de Mi
trídates, que había sido tejida otrora para Alejandro
Magno.
La vanidad y el orgullo de Pompeyo resultaban del todo
satisfechos con estas muestras de pleitesía que, sin embargo,
estaban muy lejos de corresponder a sus conquistas polí
ticas: su respeto a la Constitución vigente consolidó aún
más el rechazo de los oligarcas a su persona pública; y
éstos, envalentonados, se mostraron más firmes en humi
llarlo, negándole las justas peticiones y logros a que tenía
derecho: Catón se opuso a una alianza familiar que aquél
intentó para acercarse al líder intransigente del senado;
y el repudio que había hecho de su última mujer, Mucia,
lo enemistó con los hermanos de ésta, los poderosos oli
XXII