Page 381 - Guerra civil
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GUERRA  CIVIL  III


            oficiales  de  estado mayor,  inducidos  por  la  táctica, 2  esti­
            maban  necesario  permanecer  en  aquel  sitio  y  resolver  el
            problema  en  combate.           3  Contra  tal  opinión,  César  no
            confiaba  suficientemente  en  soldados  aún  aterrorizados,
            juzgaba  que  debía  pasar  algún  tiempo  para  reconfortar
            su  estado  de  ánimo  y,  habiendo  desmontado  sus  fortifi­
            caciones,  se  hallaba ahora preocupado  por  la  cuestión  del
            avituallamiento.


               LXXV.          1  Así pues,  sin dejar pasar  un  momento,  y
            sólo  habida  cuenta  de  los  heridos  y  de  los  enfermos,  en
            silencio,  y  a  las  primeras  horas  de  la  noche,1  envió  por
            delante toda  la  impedimenta,  del  campamento  a  Apolonia,
            con  prohibición  de  descansar  antes  de  haber  cumplido  la
           jornada entera. A la impedimenta fue agregada una legión
            como  escolta.        2  Despachado  esto,  retuvo  en  el  cam­
            pamento  dos  legiones  y,  hacía  la  cuarta  vela, 2  sacando
            a  las  demás  por  muchas  puertas,  las  envió  por  delante,
            por  el  mismo  camino,  y,  dejando  transcurrir  un  poco  de
            tiempo,  para  cumplir  con  una prescripción  militar  y  para
           que  se  conociera  bien  que  su  marcha  se  efectuaba  del
            modo  más  habitual,  ordenó  dar  el  toque  de  marcha,  y,
            al  punto,  saliendo  él  y  alcanzando  a  la  retaguardia,  se
            alejó  raudamente  de  la  vista  del  campamento.                  3  Por
            su  parte  Pompeyo,  habiéndose  enterado  del  propósito  de
            César,  no  se  permitió  la  menor  demora  en  seguirlo,  sino
           que  esperando  sorprender  al  enemigo  embarazado  y  des­

           pavorido en  plena  retirada,  sacó  a  su  ejército  de su  cam­
           pamento  y  echó  por  delante  su  caballería,  para  obstacu­
            lizar  a  la  retaguardia,  aunque  no  pudo  lograrlo  porque
            César,  que  marchaba  sin  obstrucción,  le  llevaba  mucha
           ventaja.       4  Pero  en  cuanto  se  llegó  al  río  Genuso,8
           cuyas  riberas  eran  escabrosas,  alcanzando  la  caballería  a
           la retaguardia,  la  detuvo en combate.               5  César  le  opuso,
           a su vez, su caballería, mezclando entre ella a cuatrocientos
           antesignanos 4  armados  a  la  ligera,  los  cuales  cumplieron



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