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GUERRA  CIVIL  ΙΠ


           estos  hechos en  el  consejo  militar,  todos  se  separaron con
           gran esperanza  y  alegría;  y ya  en  su  espíritu  gozaban  de
           antemano la  victoria,  pues les  parecía  que  no  en  vano  se
           aseguraba  lo  dicho  a  propósito  de  un  asunto  tan  serio*
           y  por  un  caudillo  tan  experto.


              LXXXVIII.             1  César,  cuando se aproximó al campa­
           mento  de  Pompeyo,  advirtió  al  ejército  de  éste  ordenada
           de  la  siguiente  manera:            2  Estaban  en  el  ala  izquierda
           las  dos  legiones sustraídas  a  César  por  senado-consulto  al
           comienzo de  la conflagración,  de las  cuales una se llamaba
           la  primera  y  otra  la  tercera;  en  dicho  lugar,  se  encon­
           traba  Pompeyo  mismo.               3  En  medio  del  ejército,  con
           las  legiones  sirias,  se  encontraba  Escipión.  La  legión  Ci­
           licia,  junto con  las  cohortes  españolas  que,  según  señala­
           mos, 1  habían  sido transferidas  por  Afranio,  estaba  colo­
           cada en el ala derecha.           4  Pompeyo estimaba que dichas
           tropas  eran  deveras  resistentes.  A  las  restantes  las  había·,
           situado  entre  el  centro  del  ejército  y  las  alas,  fijando  en
           ciento  diez  el número  de  cohortes. 2            5  Esto  significaba,
           cuarenta  y  cinco  mil  hombres,  más  cerca  de  diez  mil
           voluntarios,  beneficiarios 3  de anteriores  ejércitos,  que  se·
           habían  llegado  a  él  y  que  él  había  repartido  por  toda  la
           tropa.  Las restantes siete cohortes habíalas dejado de guar­
           dia  en  el  campamento  y  en  ciertos  bastiones  cercanos.
           6  Su  ala  derecha  estaba  protegida  por  un  riachuelo, 4  de
           orillas  inexpugnables,  por  cuyo  motivo  presentaba,  en  el
           ala  izquierda,  toda  su  caballería  y  todos  sus  arqueros  y
           honderos.


              LXXXIX.            1  César,  conservando  la  formación tradi­
           cional,  colocó  la  décima  legión  en  el  ala  derecha  y  la
           novena  en  la  izquierda,  aunque  ésta  estaba  muy  dismi­
           nuida 1  a  causa  de  los  combates de  Dirraquio,  por  lo que
           le  agregó  la  octava,  de  modo  que  apenas  hizo una  de  las
           dos,  y  dispuso que  la  una  apoyara a  la  otra.               2  Tenía
           en  formación  de  batalla  ochenta  cohortes,  cuyo  conjunto·



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