Page 754 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
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ro et Eporedorigi Haeduis, Vercassivellauno Arverno,
consobrino Vercingetorigis, summa imperii traditur.
(4) His delecti ex civitatibus attribuuntur, quorum con
silio bellum administraretur. (5) Omnes alacres et fidu
ciae pleni ad Alesiam proficiscuntur, (6) neque erat om
nium quisquam qui aspectum modo tantae multitudinis
sustineri posse arbitraretur, praesertim ancipiti proe
lio, cum ex oppido* eruptione pugnaretur, foris tantae
copiae equitatus peditatusque cernerentur.
LXXVII. (1) At ii qui Alesiae obsidebantur, praeter
ita die qua auxilia suorum exspectaverant, consumpto
omni frumento, inscii quid in Haeduis gereretur, con
cilio* coacto, de exitu suarum fortunarum consultabant.
(2) Ac, variis dictis sententiis, quarum pars deditionem,
pars, dum vires suppeterent, eruptionem censebat, non
praetereunda oratio Critognati videtur propter eius
singularem et nefariam crudelitatem. (3) Hic, summo
in Arvernis ortus loco et magnae habitus auctorita-
supremo entre el atrébate Comio, los heduos Viridomaro y Eporedórix y
el arverno Vercasivelauno, primo de Vercingetórix. (4) Pusieron a disposi
ción de éstos, para que les aconsejasen en el plan de operaciones, hombres
elegidos de diversos pueblos. (5) Todos se encaminan a Alesia, animosos
y llenos de confianza: (6) y no había entre todos uno solo que no creyera
irresistible el mero aspecto de tran gran multitud, sobre todo en un comba
te de dos frentes, cuando los romanos tuviesen que resistir las salidas de
los sitiados y viesen por fuera tan numerosas tropas de a caballo y de a pie.
LXXVII. (1) Pero los sitiados en Alesia, pasado el plazo en que espera
ban el socorro de los suyos y consumido todo el trigo, ignorando lo que
sucedía en tierras de los heduos, reunieron una asamblea para ver qué deci
sión debían tomar. (2) Entre las diversas proposiciones que allí se hicieron,
aconsejando unos la rendición y otros una salida vigorosa mientras aún
les quedaban fuerzas, me parece que no debe omitirse el discurso de Crito-
ñato, por su inaudita y bárbara crueldad. (3) Era éste un arverno de la más
alta alcurnia y que gozaba de gran prestigio. Habló así: «Nada quiero decir
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