Page 210 - La Constitución de los atenienses
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LA CONSTITUCIÓN  DE LOS ATENIENSES




              nifiesta abiertamente y de manera radical  contra la democracia de

              ese  momento,  y  en  favor  de  un  régimen  de  los  mejores,  de  los
              ricos,  de  los  ciudadanos de  bien,  esto  es,  en  favor de  un  gobierno

              de  los  pocos,  y  en  consecuencia,  oligárquico.  Pero  no  hace  refe­

              rencia a la constitución ancestral.

                  voy a  exponer:  El  autor  pretende  hacer  un  análisis  objetivo  de

              los  mecanismos  en  que  se  sustenta  la  fuerza  del  régimen  demo­

              crático, pero  no  logra suprimir sus  prejuicios  en  contra de  ese  régi­

              men, y por ello el texto no está exento de críticas, de exageraciones y

              de olvidos.  En realidad se  trata de  un  texto polémico  cuyo  propó­

              sito  es  corregir las  críticas ingenuas  de los  detractores  del  régimen

              democrático.

                  qué bien logran  mantener su constitución. . . :  En  los párrafos que

              siguen, y también en II  18-III  13, la democracia ateniense aparece

              como  una  potencia  indestructible.  Esta  impresión  es  reforzada
              por  otros  elementos,  como  el  mantenimiento  de  una  supremacía


              naval indiscutida (1  19-II  9); la sujeción de los aliados  (1  14-18), y
              la superioridad de  la  talasocracia sobre la epirocracia  (II  1-6).  Por

              lo  tanto,  la obra no  podría fecharse después  del  desastre ateniense

              en  Sicilia,  cuando  pudo  comprobarse  la  falibilidad  del  poderío

              ateniense.

                  a  los  demás  griegos  les parecen  equivocadas:  Canfora  llama  la

              atención  sobre el  deterioro  de la  imagen  externa  de  Atenas  que se

              observa en este pasaje:  “un momento  en que el propio  demos tiene

              ya  una visión desencantada y  brutal  de la relación  con  los  aliados

              súbditos,  de diálogo  melio-ateniense”  (1980:  63).  Esto  permitiría

              datar la obra, según el mismo Canfora poco antes de la Guerra del

              Peloponeso,  o  al  inicio,  aunque  considera  que  más  precisamente
              podía  fecharse  en  la  época  post  periclea,  por  el  testimonio  del



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