Page 858 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
P. 858

XLV





                    EL SIMBOLISMO DE LOS INDIOS AMERICANOS





  El indio americano es simbolista, místico y filósofo por naturaleza. Como ocurría con
  la  mayoría  de  los  pueblos  aborígenes,  su  alma  estaba  en  comunicación  con  las

  manifestaciones  cósmicas  que  lo  rodeaban.  Sus  manidos  no  solo  controlaban  la

  creación  desde  sus  tronos  elevados  por  encima  de  las  nubes,  sino  que  también
  descendían al mundo de los hombres y se mezclaban con sus hijos rojos. Las nubes

  grises  que  colgaban  por  encima  del  horizonte  eran  el  humo  de  los  calumets  de  los

  dioses,  que  podían  encender  fuego  con  madera  petrificada  y  usar  un  cometa  como

  llama. Los indios americanos poblaron los bosques, los ríos y el cielo con millares de
  seres superfísicos e invisibles. Hay leyendas de tribus enteras de indios que vivían en

  el fondo de los lagos: de razas que no se veían jamás a la luz del día, pero que, por la

  noche, salían de sus cuevas escondidas, deambulaban por la tierra y atacaban a los

  viajeros desprevenidos; también de indios murciélago, con cuerpo humano y alas de
  murciélago,  que  vivían  en  bosques  sombríos  y  precipicios  inaccesibles  y  dormían

  colgados cabeza abajo de grandes ramas y afloramientos rocosos. La filosofía de los

  pieles  rojas  con  respecto  a  las  criaturas  elementales  es,  aparentemente,  fruto  de  su
  contacto íntimo con la naturaleza, cuyas maravillas inexplicables se convierten en la

  causa que origina tales especulaciones metafísicas.

       Al  igual  que  los  escandinavos  primitivos,  los  indios  de  América  del  Norte

  consideraban la tierra (la Gran Madre) un plano intermedio, limitado por arriba por la
  esfera celestial (la morada del Gran Espíritu) y, por abajo, por un mundo subterráneo

  oscuro y aterrador (la morada de las sombras y los poderes submundanos). Como los

  caldeos, dividían el intervalo entre la superficie de la tierra y el cielo en varias capas:

  una  formada  por  nubes;  otra,  por  los  caminos  de  los  cuerpos  celestes,  y  así
   853   854   855   856   857   858   859   860   861   862   863