Page 855 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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incorporadas en los Misterios islámicos son vestigios de la Arabia pagana.
En el simbolismo islámico, muchas veces se hace hincapié en el principio
femenino. Por ejemplo, el viernes, consagrado al planeta Venus, es el día sagrado de
los musulmanes: el verde es el color del Profeta y, como símbolo del verdor, resulta
inevitable asociarlo con la Madre del Mundo: además, tanto la media luna islámica
como la cimitarra se pueden interpretar como representaciones de la forma de media
luna tanto de la luna como de Venus.
«La famosa “piedra de Cabar”, Kaaba, Cabir o Kebir de La Meca —dice Jennings
—, que con tanta devoción besan los fieles, es un talismán. Dicen que hasta el día de
hoy se ve la figura de Venus grabada encima con una media luna. Aquella misma
Kaaba era al principio un templo idólatra, donde los árabes adoraban a Al-Uzza (Dios
e Issa), es decir, Venus.» [227]
«Los musulmanes —escribe sir William Jones— ya son una especie de cristianos
heterodoxos: son cristianos, si Locke razona como corresponde, porque creen
firmemente en la inmaculada concepción, el carácter divino y los milagros del Mesías,
pero son heterodoxos, porque niegan con vehemencia su carácter de Hijo y su
igualdad, como Dios. con el Padre, acerca de cuya unidad y atributos albergan y
manifiestan las ideas más atroces, mientras consideran nuestra doctrina una blasfemia
perfecta e insisten en que nuestros ejemplares de las Escrituras han sido corrompidos
tanto por los judíos como por los cristianos».
Según los seguidores del Profeta, de los Evangelios cristianos se han suprimido las
siguientes líneas: «Y cuando Jesús, Hijo de María, dijo: “Pueblo de Israel, en verdad
yo soy el apóstol que Dios os envía para confirmar la ley que os entregó antes que a
mí y os traigo buenas nuevas de un apóstol que vendrá después de mí y cuyo nombre
será AHMED”». En este texto, que contiene la profecía de Jesús con respecto a un
liberador que vendría después que Él, se dice también que la palabra «liberador»
debería traducirse como «ilustre» y que era una referencia directa a Mahoma y
también que las lenguas de fuego que descendieron sobre los apóstoles el día de
Pentecostés no podían interpretarse en modo alguno como símbolos del liberador
prometido. Sin embargo, cuando se les piden pruebas decisivas de que los Evangelios
originales contenían aquellas referencias a Mahoma que, según ellos, han sido
expurgadas, los musulmanes piden a su vez la presentación de los documentos
originales en los que se basa el cristianismo. Hasta que se encuentren tales escritos, el
punto en cuestión seguirá dando origen a controversias.
Pasar por alto la herencia cultural recibida del islam sería un descuido