Page 395 - Dune
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a alguien de tanto valor para ti. Esto… —hizo un gesto hacia las evidencias de lucha
en el dormitorio—. Esto fue una estupidez. Yo no recompenso las estupideces.
¡Ve al grano, viejo idiota!, pensó Feyd-Rautha.
—Tú piensas que soy un viejo idiota —dijo el Barón—. Tengo que disuadirte de
eso.
—Has hablado de un pacto.
—Ah, la impaciencia de la juventud —dijo el Barón—. Bien, en sustancia es éste:
Tú cesarás en esos estúpidos atentados contra mi vida, y yo, cuando estés preparado,
abdicaré a tu favor. Me retiraré a una posición de simple consejero, y te dejaré el
poder.
—¿Retirarte, tío?
—Siempre piensas en mí como en un idiota —dijo el Barón—, y esto te lo
confirma, ¿eh? ¡Crees que te estoy implorando! Pisa cautelosamente, Feyd. Este viejo
idiota ha visto la aguja protegida por un escudo que habías implantado en el muslo
del muchacho esclavo. Exactamente en el lugar donde yo pondría mi mano, ¿eh? La
menor presión y… ¡clac! ¡Una aguja envenenada en la palma del viejo idiota! Ahhh,
Feyd…
El Barón agitó su cabeza, pensando: Y hubiera funcionado, si Hawat no me
hubiera advertido. Bien, dejemos al muchacho que crea que he descubierto el
complot por mis propios medios. En cierto sentido, es verdad. Fui yo quien salvó a
Hawat de las ruinas de Arrakis. Y este muchacho tiene que tener un poco más de
respeto hacia mí.
Feyd-Rautha permaneció silencioso, luchando consigo mismo. ¿Ha dicho la
verdad? ¿Piensa realmente retirarse? ¿Por qué no? Estoy seguro de poder sucederle
un día si me muevo con cautela. No puede vivir siempre. Quizá ha sido una estupidez
por mi parte intentar acelerar el proceso.
—Has hablado de un pacto —dijo Feyd-Rautha—. ¿Con qué garantías?
—Cómo podemos confiar el uno en el otro, ¿eh? —dijo el Barón—. Bien, Feyd,
en lo que a ti respecta: encargaré a Thufir Hawat que te vigile. Tengo plena confianza
en los poderes de Mentat de Hawat para eso, ¿comprendes? En cuanto a mí, tendrás
que aceptar mi palabra. Yo no puedo vivir eternamente, ¿no crees, Feyd? Y quizá tú
empieces a sospechar ahora que hay cosas que yo conozco y que tú también deberías
conocer.
—Si yo te doy mi palabra, ¿qué me ofreces a cambio? —preguntó Feyd-Rautha.
—Te ofrezco continuar viviendo —dijo el Barón.
Feyd-Rautha estudió nuevamente a su tío. ¡Me hará vigilar por Hawat! ¿Qué
diría si le revelara que fue Hawat en persona quien ideó el truco con el gladiador
que le costó su maestro de esclavos? Probablemente diría que es una mentira para
desacreditar a Hawat. No, el buen Thufir es un Mentat, y ha previsto este momento.
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