Page 40 - Escritos sobre ocultismo y masonería
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¡Oh grandes montes al crepúsculo, calles casi estrechas a la luz de la
luna llena, tened Vuestra inconciencia de […], Vuestra espiritualidad de
Materia solamente, sin interior, sin sensibilidad, sin dónde poner
sentimientos, ni pensamientos, ni desasosiegos de espíritu! ¡Árboles tan sólo
árboles, con un verdor tan agradable a los ojos, tan exterior a mis cuidados y
a mis penas, tan consolador para mis angustias porque no tenéis ojos con los
cuales mirarlas fijamente ni alma que, observable por esos ojos, pueda no
comprenderlas y burlarlas! Piedras del Camino, troncos mutilados, mera
tierra anónima del piso de todas partes, mi hermana porque vuestra
insensibilidad hacia mi alma es un cariño y un reposo… Junto al sol o bajo
la luna de la Tierra mi madre, tan enternecidamente mi madre, porque no
puedes criticarme siquiera, como mi propia madre humana puede, porque no
tienes alma con la cual sin pensar en eso me analices, ni rápidas miradas que
traigan pensamientos de mí que ni a ti misma confieses. Mar enorme, mi
ruidoso compañero de infancia, que me reposas y me meces, porque tu voz
no es humana y no puede un día citar en voz baja para los oídos humanos
mis debilidades, y mis imperfecciones. Cielo vasto, cielo azul, cielo próximo
al misterio de los ángeles […] tú no me miras con ojos verdes, tú si pones al
sol en tu pecho no lo haces para atraerme, ni si te […] de estrellas lo
premeditas para desdeñarme… Paz universal de la Naturaleza, materna por
su ignorancia de mí; sosiego alejado de los átomos y de los sistemas, tan
hermano en tu nada poder saber acerca de mí… Yo quería orar a vuestra
inmensidad y a vuestra calma, como muestra de gratitud por poder vosotros
amar sin sospechas ni dudas; quería dar oídos a vuestro no poder-oír, y
vosotros siempre oyéndonos, dar ojos a vuestra sublime ceguera, pero
vosotros la veis, y ser objeto de vuestras atenciones por esos supuestos ojos
y oídos, consolado de ser presente a vuestra Nada atenta como de una muerte
definitiva, para lejos, sin esperanza de otra vida, para más allá de un Dios y
de la posibilidad de que llegues a ser, voluptuosamente nulo y del color
espiritual de todas las materias…