Page 41 - Escritos sobre ocultismo y masonería
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EDUCACIÓN SENTIMENTAL
Para quien hace del sueño la vida, y de la cultura en tanto horno de sus
sensaciones una religión y una política, para ese, el primer paso, lo que acusa
en el alma que él dio el primer paso, es el sentir las cosas mínimas
extraordinaria y desmedidamente. Ese es el primer paso, y el paso
simplemente primero no es más que esto. Saber poner en el saborear de una
taza de té la voluptuosidad extrema que el hombre normal sólo puede
encontrar en las grandes alegrías que vienen de la ambición súbitamente
satisfecha o de la nostalgia de repente desaparecidas, o si no en los actos
finales y carnales del amor; poder encontrar en la visión de una puesta de sol
o en la contemplación de un detalle decorativo aquella exasperación de
sentirlos que generalmente sólo puede dar, no lo que se ve o lo que se oye,
sino lo que se huele o se gusta —esa proximidad del objeto de la sensación
que sólo las sensaciones carnales —el tacto, el gusto, el olfato— esculpen en
sentido opuesto a la conciencia; poder transformar la visión interior, el oído
del sueño —todos los sentidos supuestos y del supuesto— receptores y
tangibles como sentidos vueltos para lo externo: escojo estas, y las análogas
supónganse, de entre las sensaciones que el cultor de sentirse logra, educado
ya, sentir espasmos, para que den una noción concreta y aproximada de lo
que quiero decir.
Pero el llegar a este grado de sensación acarrea al amante de
sensaciones el correspondiente peso o gravamen físico del cual
correspondientemente siente, con idéntico exaspero consciente, lo que de
doloroso endilga del exterior, y a veces del interior también, sobre su
momento de atención. Es cuando así constata que sentir excesivamente, si a
veces es gozar en exceso, es otras sufrir con prolijidad, y porque lo constata,
es que el soñador es llevado a dar el segundo paso en su ascenso hacia sí
mismo. Pongo aparte el paso que él podra o no dar, y que, consecuentemente
él pueda o no dar, determinará tal o cual actitud, forma de marcha, en los
pasos que va dando, según pueda o no aislarse por completo de la vida real
(si es rico o no, redunda en eso). Porque supongo comprendido en las