Page 47 - Escritos sobre ocultismo y masonería
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fugas, batallas, nos deja el cuerpo realmente maltrecho, las piernas
cansadas… el primer grado está asegurado. En el caso del sensual, deberá él
—sin ninguna masturbación más que mental— tener una eyaculación
cuando el momento exacto llegue en la novela.
Después tratará de traer todo eso hacia la mente. La eyaculación, en el
caso del sensual (que escojo para el ejemplo, porque es el más violento y
encrespante) deberá ser sentida sin que se haya producido. El cansancio será
mucho mayor, pero el placer es completamente más intenso.
En el tercer grado pasa roda la sensación a ser mental. Aumenta el
placer y aumenta el cansancio, pero el cuerpo ya nada siente, y en vez de los
miembros laxos, la inteligencia, la voluntad y la emoción, son las que
quedan vacilantes e impotentes… Una vez aquí es tiempo de pasar al grado
supremo del sueño.
El segundo grado es construir novelas para sí mismo. Sólo se debe
intentar eso cuando está perfectamente mentalizado el sueño, como dije
antes. Si no, el esfuerzo inicial en crear las novelas, perturbará la perfecta
mentalización del gozo.
Tercer grado.
Ya educada la imaginación, basta querer, y ella se encargará de
construir los sueños por sí misma. Ya aquí el cansancio es casi nulo,
inclusive el mental. Hay una disolución absoluta de la personalidad. Somos
mera ceniza, dotada de alma, sin forma; no siquiera la del agua que es la de
la vasija que la contiene.
Bien preparada esta […], dramas pueden aparecer en nosotros, verso a
verso, desarrollándose ajenos y perfectos. Tal vez ya no haya la necesidad de
escribirlos; ni eso será preciso. Podremos crear de segunda mano; imaginar
en nosotros un poeta escribiendo, y él escribiendo de una manera, otro poeta
mientras tanto escribirá de otra… Yo, en virtud de haber agudizado
inmensamente esta facultad, puedo escribir de innumerables maneras
diversas, originales todas.