Page 247 - Comentarios_reales_1_Inca_Garcilaso_de_la_Vega
P. 247
y dile de mi parte que se aperciba y prevenga y mire lo que le conviene
acerca dt' este caso. Y en particular te digo a ti que en cualquiera adversidad
que te suceda no temas que yo te falte, que en todas ellas te socorreré como
a mi car:1e y sangre. Por tanto no dejes de acometer cualquiera hazaña, por
grande que sea, que convenga a la majestad de tu sangre y a la grandeza de
tu Imperio, que yo seré siempre en tu favor y amparo y te buscaré los so-
corros que hubieres menester". Dichas estas palabras (dijo el príncipe), se
me desapareció el Inca Viracocha, que no le vi más. Y yo tomé luego el
camino para darte cuenta de lo que me mandó te dijese.
CAPITULO XXIl
LAS CONSULTAS DE LOS INCAS SOBRE EL RECADO
DEL FANTASMA
E L INCA Yáhuar Huácac, con la pasión y enojo que contra su hijo tenía,
no quiso creerle; antes le dijo que era un loco soberbio, que los dis-
parates que andaba imaginando venía a decir que eran revelaciones de su
padre el Sol; que se fuese luego a Chita y no saliese de allí jamás, so pena
de su ira. Con esto se volvió el príncipe a guardar sus ovejas, más desfavo-
recido de su padre que antes lo estaba. Los Incas más allegados al Rey, como
eran sus hermanos y tíos, que asistían a su presencia, como fuesen tan ago-
reros y supersticiosos, principalmente en cosas de sueños, tomaron de otra
manera lo que el príncipe dijo, y dijeron al Inca que no era de menospre-
ciar el mensaje y aviso del Inca Viracocha, su hermano, habiendo dicho que
era hijo del Sol y que venía de su parte. Ni era de creer que el príncipe
fingiese aquellas razones en desacato del Sol, que fuera sacrilegio el imagi-
narlas cuanto más decirlas delante del Rey, su padre. Por tanto sería bien se
examinasen una a una las palabras del príncipe, y sobre ellas se hiciesen
sacrificios al Sol y tomasen sus agüeros, para ver si les pronosticaban bien o
mal, y se hiciesen las diligencias necesarias a negocio tan grave; porque
dejarlo así desamparado no solamente era hacer en su daño, mas también
parecían menospreciar al Sol, padre común, que enviaba aquel aviso, y al
Inca Viracocha, su hijo, que lo había traído, y era amontonar para adelante
errores sobre errores.
El Inca, con el odio que a la mala condición de su hijo tenía, no quiso
admitir los consejos que sus parientes le daban; antes dijo que no se había
de hacer caso del dicho de un loco furioso, que en lugar de enmendar y co-
rregir la asperez'.l de su mala condición para merecer la gracia de su padre
208