Page 288 - DERECHO INDÍGENA Y DERECHOS HUMANOS EN AMÉRICA LATINA (1988)
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Sobre la revolución de los militares peruanos conducida por Juan Velasco
Alvarado entre 1968 y 1975 se ha producido una apasionada y polarizada
literatura. Nos interesa exclusivamente señalar de manera breve aquellos
elementos que constituyen una renovación y un cambio en el tratamiento político
de la cuestión indígena y no entrar al debate, en muchos casos de sabor
eminentemente nominalista, sobre la definición de carácter más o menos
revolucionario, más o menos socialista de la misma. Suscribimos, en este sentido,
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la caracterización critica que de este proceso hace Darcy Ribeiro y su tipificación
como movimiento nacionalista-modernizador.
El movimiento velasquista actuó en dos áreas principales de la cuestión
indígena: a) en la redefinición de la estructura agraria, y b) en la esfera de la
educación y de la voluntad de recuperación de un espacio lingüístico y cultural
para la población indígena. Los dos ámbitos de acciones indigenistas estuvieron
teñidos de las incertidumbres, ambigüedades, avances radicales y retrocesos
conservadores característicos de la búsqueda y definición que tipificó a todo el
proceso y de los diferentes aportes ideológicos de los distintos sectores de un
amplio espectro de la inteligencia del país: desde los ideólogos populistas de clase
media radicalizados en los años sesenta por la insurgencia popular, los
expulsados del aprismo y de los partidos de izquierda, a los ex miembros de
movimientos de insurgencia armada o a científicos y profesionales que
encontraron en el movimiento de los militares la ocasión para concretar, en la
práctica, sus conocimientos. Se rescataron figuras históricas y símbolos indígenas
que la cultura oligárquica y burguesa había negado sistemáticamente: la
revolución truncada de Tupac Amaru, el contenido indio y popular del Perú, la
riqueza de la música y estética andina, el valor de la lengua quechua. Pero al
mismo tiempo, en un ejercicio de voluntarismo ingenuo, se quiso borrar a las
lacras seculares de la discriminación racial y de la opresión étnica eliminando por
decreto-ley el término "indígena" de la legislación nacional sustituyéndolo por el
término campesino, con lo que se oscureció, ante la percepción colectiva, el
verdadero y complejo sentido multiétnico del país. Es decir que se pretendió
reducir a una dimensión fundamentalmente económica un fenómeno que es a la
vez cultural, social, político y que arrastra consigo una compleja e intrincada carga
histórica.
La reestructuración agraria
No es éste el lugar adecuado para analizar en detalle el complejo problema
de la reforma agraria velasquista y de los cambios esenciales que introdujo en la
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estructura socioeconómica y en la cultura política del país . Baste recordar que en
poco más de 10 años se transfirieron a los campesinos 9 millones de hectáreas de
un total de 23 millones en tierras hábiles, se rebajaron los límites de afectabilidad
más allá de las medidas aplicadas por las experiencias socialistas cubana y
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Ribeiro (1977), pp. 206-219.
28
Véase Mejía (1980); Pasara (1978).
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